El gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, está en una "crisis terminal", sin dirección y con la economía colapsada tras ocho meses de protestas, mientras dirige la represión contra organismos de derechos humanos y medios de comunicación, declaró en una entrevista con la AFP Carlos Fernando Chamorro, periodista crítico con el mandatario.
"Estamos en una crisis terminal" debido a que Ortega ha llevado al país "a un despeñadero (...) destruyendo la economía y la convivencia, y solo se puede mantener por el terror", explicó Chamorro.
Ortega ha descartado anticipar elecciones y retomar el diálogo con la oposición, suspendido hace seis meses. "Se está jugando todo y está hundiendo al país, no es un estadista, no está razonando", añadió.
No obstante, Chamorro, hijo de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, consideró que el fin del gobierno de Ortega, al que califica de una dictadura, tiene dos caminos: que acepte renunciar o que, producto "del colapso económico, se produzca una salida forzosa".
Chamorro sufrió en la última semana acciones represivas de la policía, que allanó sus oficinas y decomisó equipos del diario digital, Confidencial, y de los programas de televisión Esta Semana y Esta Noche, que son de su propiedad, lo que provocó la condena de organizaciones de periodistas y derechos humanos internacionales.
"Este régimen no lo veo sostenible en el 2019, estamos avanzando a un colapso total de la economía", estimó el comunicador. Especialistas han advertido que si no hay un a solución a la crisis, la contracción económica pasará del 4% al 11%.
Tras ocho meses de protestas que mantienen en vilo al país, Ortega, de 73 años y 11 en el poder, "ya no gobierna. Él manda, él ordena, pero no tiene capacidad de establecer consenso (...) Va a haber un momento que se va a producir una negociación, con o sin Ortega", agregó.
A su juicio, el mandatario solo ofrece al país una "economía de subsistencia, una economía del gallopinto (alimento nacional, de arroz y frijoles)", ante el colapso económico.
Las sanciones de Estados Unidos a través de la ley denominada Nica Act, pendiente de la firma del presidente Donald Trump para entrar en vigor, impedirán a Nicaragua recibir créditos de organismos multilaterales e inversión directa, dos de los principales soportes de la economía local.
La cúpula empresarial también advirtió que las sanciones podrían afectar la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos.
Ante esas amenazas, Ortega ha dicho que incentivará la pequeña y mediana producción agrícola para alimentar al pueblo.