El gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron la firma de un acuerdo modificado de paz en La Habana, luego de que el original fuera rechazado en un plebiscito realizado el 2 de octubre pasado.
El jefe de los negociadores de su gobierno, Humberto de la Calle, y el jefe del equipo negociador por parte de las FARC, Luciano Marín, alias "Iván Márquez, fueron los responsables de firmar el acuerdo con el que se espera poner fin de manera definitiva a más de 50 años de conflictos en el país.
"Las reuniones con la delegación de las FARC fueron intensas", dijo De La Calle, quien destacó que "desde hace 15 días y sus noches trabajaron para llegar a este nuevo convenio".
Sobre las modificaciones, De La Calle dijo que había elementos de precisión sobre las sanciones y la aplicación de la justicia a los actores de la guerra, aunque los detalles específicos se darán a conocer más adelante.
"Estamos convencidos de que este acuerdo muestra caminos que son viables y posibles", resaltó el representante del gobierno federal.
El nuevo acuerdo de paz es la victoria de Colombia. pic.twitter.com/b0AcSJs9ba
De la Calle también explicó que habrá modificaciones al texto en cuestiones de género, y de la misma manera se especificó también que no se afectará a la propiedad privada, uno de los temores principales entre los detractores del primer acuerdo.
"Han sido semanas de interlocución", manifestó a su vez el comandante Márquez. "Para fortuna de los colombianos la paz sigue su marcha irrefrenable", agregó.
Luego del resultado obtenido en las urnas el 2 de octubre, explicó el jefe de la delegación del gobierno, Humberto de la Calle, el gobierno entendió que “era necesario trabajar con celeridad y responsabilidad en la búsqueda de un nuevo Acuerdo. Un acuerdo incluyente y respetuoso. A partir del mismo 3 de octubre, los colombianos hemos sido testigos de un ejercicio profundo de diálogo”. Fueron, dijo, cerca de 100 horas de “intercambio directo de opiniones en un ejercicio constructivo, franco y democrático”.
Las reuniones con las Farc, relató, “fueron igualmente intensas: más de 15 días y noches de trabajo y reuniones con discusiones arduas dada la complejidad de los temas”.
De la Calle se refirió a una declaración anterior en la que aseguró que el acuerdo del 26 de septiembre era el mejor acuerdo posible, aunque era también susceptible de críticas. “Era el mejor por cuanto permitía dar por terminado el conflicto, no para desestimar las insatisfacciones que podía generar. Hoy con humildad reconozco que este acuerdo es mejor en cuanto resuelve muchas de esas críticas e insatisfacciones. Su aceptación no va a ser unánime. Como tampoco lo fue en el primer acuerdo. Pero esperamos que la base de apoyo que recoja lo haga más sólido. Pero más que exaltar las virtudes de éste frente al anterior, en lo que gana con creces es que mediante un ejercicio democrático se ha logrado construir una base de sustento más amplia. La cuestión no es sólo la ampliación del apoyo, sino que este ha sido fabricado en un ejercicio leal de democracia y diálogo sincero”.
El jefe negociador le mandó un mensaje a los que votaron “no” en el plebiscito: “quiero decirles que los ajustes y precisiones que hemos realizado, no sacrifican las convicciones que le dieron forma al primer acuerdo. No cancelamos la ilusión. No dimos marcha atrás en la posibilidad de un país nuevo. No desistimos del propósito de reivindicar la familia campesina. Limpiar la política. Combatir las bandas criminales y la corrupción. Contribuir a superar el problema mundial de la droga. Impartir justicia pensando más en las víctimas que en los barrotes. Integrar nuestros territorios. Superar desigualdades ancestrales. Crear una sociedad más equitativa. Crearla a través del diálogo, del uso razonable de la autoridad del Estado, buscando darle cimientos fuertes a la seguridad humana. Escuchando, sobre todo escuchando a los más débiles”.
En su discurso, De la Calle destacó algunas de las novedades del nuevo acuerdo. Entre ellas están:
1. Las Farc estarán obligadas a presentar un inventario de sus bienes y activos para destinarlos a reparar a las víctimas.
2. Se fijaron los espacios territoriales para el cumplimiento de las sanciones y la regulación del sistema de autorización para los desplazamientos por fuera de las zonas.
3. Se eliminó la idea de incorporar el acuerdo a la Constitución Política y al bloque de constitucionalidad. El principio general de garantía de cumplimiento es el compromiso de que ambas partes cumplirán de buena fe lo pactado, y en lo que tiene que ver con el Estado, los principios que informan el Acuerdo serán parámetro de interpretación y guía de la aplicación normativa y práctica.
4. Se define qué se entiende por enfoque de género. Significa el reconocimiento de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y de las circunstancias especiales de cada uno. Supone reconocer que el conflicto ha impactado de manera diferenciada a la mujer y que, en consecuencia, se requieren acciones distintas y específicas para restablecer sus derechos. Incluye también un principio de respeto a la igualdad y no discriminación.
5. Se detalla de manera concreta las características de la cooperación de las Farc contra el problema de las drogas y además deberán informar de manera exhaustiva y detallada sobre las informaciones de las que dispongan para atribuir responsabilidades.