Los británicos deciden este jueves 23 de junio si su país debe permanecer o abandonar la Unión Europea, un referéndum histórico que amenaza con socavar el experimento de unidad continental que comenzó tras la II Guerra Mundial.
Más de 46 millones de personas están registradas para votar en el plebiscito y responder a la pregunta “¿Debería Gran Bretaña seguir siendo un miembro de la Unión Europea o debería salir de la Unión Europea?”.
En la encendida campaña, el país evaluó su posición en el mundo actual, e incluso se cuestionó el rumbo que debería tomar en el futuro.
“Este es, diría, el día más importante en los últimos 20 años, al menos para Gran Bretaña, y las consecuencias económicas de un voto por salir son enormes”, dijo Hasan Naqvi, un banquero de inversión, en el exterior de un centro de votación en Londres.
Los partidarios del Brexit –un juego de palabras en inglés empleado popularmente para referirse a la salida del país de la UE– defienden que solo abandonar el bloque puede devolver el poder al Parlamento y el control sobre la emigración.
Los partidarios de mantenerse en la Unión Europea, encabezados por el primer ministro David Cameron, sostienen que el país es más seguro y rico junto a las otras 27 naciones del grupo.
Los mercados financieros se han mostrado volátiles antes de la votación, mientras las encuestas de opinión sugieren que el resultado será ajustado. La libra subió durante la semana ante el optimismo de los mercados porque la indecisión antes la consulta resulte en un voto en favor de la permanencia.
La libra llegó a alcanzar brevemente los 1.48 dólares en operaciones durante la noche, su nivel más alto desde el inicio del año.
La participación se considera un elemento crucial para el resultado de la consulta, ya que las encuestas sugieren que hay gran cantidad de votantes indecisos. Los que dudan hasta el final suelen optar por el status quo, lo que favorecería a la campaña por la permanencia. Los partidarios de la salida también tienden a estar más comprometidos.
“Todo pasa por la participación y los moderados de la 'permanencia' que se queden en casa”, manifestó el líder del Partido Independencia Británica, Nigel Farage, en el exterior de su casa tras recoger los periódicos del día.
“Creo que tenemos muchas posibilidades, lo creo de verdad”, agregó.
En algunas partes del país se registraban precipitaciones intensas, lo que podría afectar sobre la participación. Partes de Londres y el sureste de Gran Bretaña estaban anegadas y el departamento de Bomberos de la capital recibió cientos de llamadas por incidentes relacionados con la climatología a primera hora del jueves, incluyendo reportes sobre inundaciones y rayos.
Los meteorólogos advirtieron de que los votantes en el sureste del país necesitarían paraguas y quizá botas de goma para ir a votar. El primer ministro, David Cameron, ignoró las preguntas sobre el clima cuando acudió con su esposa Samantha a votar en Londres.
“Creo que es muy importante votar sobre esta decisión tan importante”, dijo la votante Belinda Byrne en Teddington, en el suroeste de Londres.