Dwight Powell perdió su Lexus debido al tornado de 800 metros (media milla) de diámetro que dejó 33 heridos y destruyó o dañó gravemente 940 propiedades en el este de Nueva Orleans.
Apenas lo había estacionado en la cochera para evitar que el granizo lo dañara cuando se presentó el tornado. Al menos su pickup Yukon estaría a salvo, pensó: Se encontraba en el taller de un amigo, a 95 kilómetros (60 millas) al norte. Y entonces su teléfono sonó.
"El hombre me llamó esta mañana y me dijo: 'Amigo, el tornado le dio a tu camioneta'", relató Powell.
Esa es una broma muy pesada de contarle a un amigo que acaba de perder su casa, le respondió. Pero no era una broma.
La camioneta recibió el impacto de otro tornado que azotó Donaldsonville, uno de al menos cinco tornados confirmados que se desplazaron el martes en Luisiana, mientras un sistema de tormentas recorría el sureste de Estados Unidos.
"Tengo que recoger los pedazos y caminar con fe. Dios cuidará de mí", declaró Powell el miércoles.
Los demás tornados dejaron nueve lesionados en el área de Baton Rouge y dos al norte de Lake Pontchartrain, pero nadie murió, indicaron las autoridades.
Partes del extremo nororiental de Florida y el sur de Alabama también padecieron clima extremo el miércoles, pero sin que se reportaran lesionados.
El alcalde de Nueva Orleans, Mitch Landrieu, dijo el miércoles en un comunicado de prensa que dos personas permanecen hospitalizadas y que 78 pasaron la noche del martes en un refugio que permanece abierto.