La ayuda comenzó a llegar el miércoles a las zonas aisladas de la isla indonesia de Lombok, que intenta recuperarse de un potente sismo que causó al menos 131 muertos, mientras los rescatistas redoblaron sus esfuerzos para encontrar a más víctimas mortales entre los escombros.
Voluntarios y rescatistas estaban construyendo más refugios temporales para las decenas de miles de personas que perdieron sus casas en el terremoto de magnitud 7.0 registrado el domingo en la noche.
Desde camiones se repartía agua –que ya era escasa por una prolongada sequía en la isla–, comida y material médico.
Cinco aviones cargados con comida, medicamentos, mantas, tiendas de campaña y camiones cisterna partieron desde la capital de Indonesia, Yakarta, hacia la isla a primera hora del miércoles, dijo el ejército.
Pese a esto, la ayuda gubernamental llegaba a cuentagotas a la aldea de Kekait, en el oeste de Lombok, donde la maestra de educación primaria Zulas Triani, que compartía tienda con otras 30 personas, dijo que recibieron apenas una cesta con tres paquetes de fideos, cinco huevos y una pequeña ración de agua.
"Mi casa quedó reducida a escombros. Todos estamos frustrados por tener que vivir así, en una carpa y sin seguridad. ¿A dónde deberíamos ir si ya no tenemos casa, ya no tenemos donde vivir?", dijo la maestra, madre de dos niñas de 15 y nueve años.
"Yo no sé cómo reconstruirla por mi cuenta. Todos confiamos en que el gobierno nos ayude. Espero que el gobierno pueda ayudar”, agregó.