En la misma semana en que el exministro de Seguridad Pública José Raúl Mulino fue acusado en Panamá por la supuesta comisión de delitos contra la administración pública, tras la compra de 19 radares a Selex –filial de Finmeccanica–, Italia sacó pecho y alardeó de la “excelencia” de esta empresa en un evento en Roma con embajadores de varios países.
En un encuentro organizado por el Ministerio de Exteriores italiano y en presencia de la cúpula diplomática en Italia, Mauro Moretti, administrador delegado de Finmeccanica, ilustró las prioridades del grupo y alabó su capacidad tecnológica, pero sin mencionar los casos de corrupción que el poderoso conglomerado –en el que el Estado italiano posee un 30%– tiene pendientes con la justicia.
En su discurso tampoco dijo nada sobre la posición de la poderosa empresa italiana ante las dos demandas de nulidad, por “ilegal”, que presentó Panamá en contra de los contratos con las subsidiarias de Finmeccanica (Selex y Telespazio).
Si Finmeccanica pretende recurrir estas reclamaciones, esto es un misterio.
Mientras tanto, el Ministerio de la Presidencia de Panamá está preparando la última demanda de nulidad contra el contrato de la compra de los helicópteros a AgustaWestland.
En el encuentro diplomático también intervino el secretario general del Ministerio de Exteriores italiano, Michele Valensise, quien manifestó que el principal papel de la sede institucional diplomática italiana es “reforzar el diálogo y la colaboración entre las instituciones políticas y las empresas dentro del creciente compromiso de la diplomacia en el campo económico”.
Estas diatribas entran en total colisión con las afirmaciones que hizo a este periódico el subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, Mario Giro, quien declinó la responsabilidad de la administración pública italiana en los contratos que firmó Panamá con las filiales de Finmeccanica en 2010, por un monto global de 250 millones de dólares.
Para el funcionario italiano, “no se trata de una cuestión que refiera al Gobierno [italiano] directamente”, sino que es un tema que alude exclusivamente al conglomerado italiano.
El próximo 29 de octubre, Valter Lavítola, principal intermediario de los contratos firmados por la pasada administración panameña y Finmeccanica, junto con Paolo Pozzessere, ex director comercial de la empresa, se sentará en el banquillo de los acusados del Tribunal de Roma.
Ambos están acusados del intento de desvío de 25 millones de dólares en las adjudicaciones al grupo.