Anna Sorokin estaba dentro de los círculos de las celebridades y daba propinas de 100 dólares, acciones que hacían pensar que era toda una heredera. Pero detrás del estilo de vida de alta sociedad y ropa costosa, esta joven resultó un fraude que estafó a amigos, bancos y hoteles, todo por la buena vida, de acuerdo con fiscales.
Sorokin, de 28 años, vivía en habitaciones de hotel lujosas en la ciudad de Nueva York que no podía costear, prometió a una amiga un viaje todo pagado a Marruecos y luego le endosó la factura por 62 mil dólares, y dio declaraciones bancarias falsas en busca de un préstamo de 22 millones de dólares, alegó la fiscalía en Manhattan.
Este miércoles, al comenzar su juicio por cargos de hurto y robo de servicios, la mujer declaró que estafó a varias personas y negocios por 275 mil dólares en una odisea de 10 meses, durante los cuales viajó por Estados Unidos y a Marruecos.
“Su sistema ha sido afirmar que es una heredera alemana con una riqueza de aproximadamente 60 millones de dólares que estaban en cuentas del extranjero”, dijo la fiscal Catherine McCaw después del arresto de Sorokon en octubre de 2017.
“Nació en Rusia y no tiene un centavo a su nombre hasta donde podemos determinar”.
Todd Spodek, abogado de la mujer, dijo que ella no tuvo intención de cometer crimen alguno. En sus declaraciones iniciales ante el jurado, Spodek dijo que Sorokin explotó un sistema que “la sedujo por el glamur y la ostentación” luego de que vio cómo la apariencia de riqueza abre muchas puertas. Spodek dijo que solo estaba comprando tiempo para emprender un negocio y pagar sus deudas.
“Anna tuvo que fingirlo hasta que pudiera lograrlo”, comentó el abogado.
Sorokin, que ha estado tras las rejas desde su arresto, enfrenta un proceso de deportación a Alemania sin importar el resultado del juicio debido a que las autoridades dijeron que se quedó en el país más tiempo del permitido. Su historia, sin embargo, podría perdurar.
Shonda Rhimes, la mente detrás de las series premiadas “Grey’s Anatomy” y “Scandal”, ha anunciado que creará una serie de televisión sobre Sorokin, cuya biografía en Instagram dice: “Pronto en Netflix”.
Sorokin llegó al mundo de los deseos que se piden con champaña y caviar en 2016 con un nuevo nombre (Anna Delvey) y un atuendo que encajaba a la perfección: gafas de sol de la marca francesa Céline, sandalias de la firma italiana Gucci y compras de lujo de Net-a-Porter y Elyse Walker.
Hizo todo un espectáculo para probar que pertenecía a ese círculo, dando billetes de 100 dólares a los conductores de Uber y a los conserjes de hoteles. Pero contó historias distintas sobre el origen de su riqueza, de acuerdo con gente que la conocía.
Según estas personas, afirmó que su padre era un diplomático, un magnate petróleo y un empresario importante de paneles solares. En la vida real, su padre dijo a la revista New York que trabajó como camionero y que actualmente opera un negocio de calefacción y aire acondicionado.