RESUMEN DE AGENCIAS INTERNACIONALES, Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco proclamó hoy santos a sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro del Vaticano con la presencia de otro pontífice, el papa emérito Benedicto XVI.
El cielo encapotado no llegó a perturbar la ceremonia, que cientos de miles de personas siguieron en directo en la plaza de San Pedro y en los abarrotados alrededores a través de pantallas gigantes.
Para los creyentes se trata de un momento especialmente emotivo por el hecho de contar con dos papas vivos que elevan a otros dos a los altares de la santidad.
En la homilía, el papa argentino, Francisco, recordó que Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005) fueron "dos hombres valerosos". "Fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron", indicó el pontífice argentino.
"Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para actualizar la Iglesia según su fisonomía originaria". "No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia", agregó Francisco, quien destacó el Concilio Vaticano II como el gran "servicio a la Iglesia" prestado por Angelo Giuseppe Roncalli (1881-1963).
"Fue el papa de la docilidad al Espíritu Santo", concluyó en referencia a la labor transformadora dentro de la Iglesia que realizó el pontífice italiano, conocido como el "papa bueno".
De Juan Pablo II dijo que fue "el papa de la familia". "Él mismo, una vez dijo que le habría gustado ser recordado como el papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el cielo, ciertamente acompaña y sostiene".
El inicio de la ceremonia se vio marcada por la ovación que siguió al saludo del argentino Jorge Bergoglio al alemán Joseph Ratzinger, retirado desde algo más de un año y que apenas ha comparecido en público desde entonces.
Ceremonia
Las reliquias de los papas recién proclamados santos Juan Pablo II y Juan XXIII fueron colocadas hoy junto al altar mayor del atrio de la Plaza de San Pedro, donde el papa Francisco celebra la canonización de los pontífices.
Los relicarios fueron entregados justo después de que el papa Francisco proclamase santos a ambos pontífices ante cientos de miles de personas.
El relicario en plata del papa Karol Wojtyla fue llevado a Francisco por Floribeth Mora Diaz, la mujer costarricense cuya sanación en 2011 fue considerada el segundo milagro que sirvió para canonizar Juan Pablo II.
La reliquia era una ampolla con la sangre del papa polaco.La reliquia de Juan XXIII es un trozo de piel que fue removido de su cuerpo, exhumado en el 2001 para su beatificación.
El relicario del llamado "papa bueno" fue entregado al papa Francisco por los sobrinos-nietos de Roncalli.
Estos mismos relicarios fueron los que se utilizaron para la beatificación de ambos papas.