El economista de centro-derecha Pedro Pablo Kuczynski mantenía el lunes una leve ventaja frente a su rival Keiko Fujimori, y se acercaba al triunfo en la contienda presidencial de Perú, según los últimos resultados oficiales, que muestran a un país partido por la mitad.
Al llegar al 89.53% del escrutinio, Kuczynski, exbanquero de Wall Street y exfuncionario del Banco Mundial, obtenía el 50.52% de los votos frente al 49.48% de Fujimori, según publicó la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en su página de internet. En ambas tiendas la celebración y la esperanza se mantenían.
“Aún no hemos ganado. Hay que esperar a los resultados oficiales. Tenemos que ser vigilantes en defender el voto en la mesa”, dijo el domingo Kuczynski, a quien sus seguidores conocen como PPK, acrónimo de su nombre y de su partido, Peruanos por el Kambio.
Por su parte, detrás de la sonrisa y la alegría aparente que escondían unos ojos llorosos, Fujimori también agradeció al “50%” de los peruanos que le dieron su respaldo y pidió aguardar con paciencia los resultados finales.
“Vamos a esperar con prudencia porque toda la noche llegarán los votos de las regiones, del extranjero, y el voto rural del Perú profundo. Por eso estamos optimistas”, dijo.
Esta es la segunda vez que la hija del hoy preso autócrata Alberto Fujimori, que gobernó Perú de 1990 a 2000, probaría del cáliz de la derrota, pese a que partía como favorita. En las pasadas elecciones de 2011 perdió ante el presidente saliente Ollanta Humala.
En esa votación, Kuczynski quedó en tercer lugar. Kuczynski empezó a ganar terreno en la recta final de la contienda, impulsado por un buen desempeño en el último debate presidencial, el apoyo de la mayoría de los candidatos que quedaron fuera de la primera vuelta -entre ellas la popular izquierdista Verónika Mendoza- y una marcha organizada por colectivos civiles contra la candidatura de Fujimori.
En caso de que Kuczynski gane, deberá buscar consensos con un Congreso de mayoría absoluta fujimorista -73 de 130 representantes- y donde solo 18 legisladores pertenecen a sus filas.
"Le espera un Congreso adverso y un archipiélago de agrupaciones regionales con proyectos personales más que colectivos. Deberá tener un fuerte trabajo de articulación", dijo a la AFP Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi.