El veterano socialista Jeremy Corbyn fue reelegido este sábado 24 de septiembre para comandar el Partido Laborista británico, tras derrotar a la oposición en el seno de su dividido grupo.
Después de una batalla por el liderazgo de varios meses de duración, Corbyn ganó casi el 62% de los más de 500 mil votos emitidos por miembros y partidarios del laborismo británico.Su rival, el legislador galés Owen Smith, obtuvo el 38% en un resultado anunciado en la conferencia del partido en Liverpool, en el noroeste de Inglaterra.
Jeremy Corbyn es un veterano diputado que saltó a la primera línea de la política el año pasado tras ser elegido líder laborista. El partido gobernó Gran Bretaña entre 1997 y 2010 pero desde entonces ha perdido dos elecciones generales consecutivas.
El socialista de voz suave goza de un apoyo sólido de quienes se hacen llamar "corbynistas", pero muchos legisladores de la formación creen que sus opiniones de izquierdas no están en sintonía con el sentir de la opinión pública.
Corbyn es la antítesis de Donald Trump, pero el político británico se montó en la misma ola de un estado de ánimo anticentrista que está impulsando al candidato presidencial republicano.
Ambos son personas sin antecedentes políticos que han sacudido a sus respectivos partidos y que han inyectado energía a sus grandes bases de seguidores, pero cuya capacidad para ganar el poder no ha quedado demostrada.
Para sus partidarios, como Carel Buxton, una directora de escuela retirada y residente en Londres, Corbyn es "auténtico", pues el hombre de 67 años de edad ha militado en la izquierda desde hace mucho tiempo.
"La gente en este país está harta de los políticos bien hablados y bien vestidos", aseguró.
Sin embargo, para sus detractores como John McTernan, exasesor del primer ministro Tony Blair, Corbyn "no es otra cosa que un total y absoluto desastre para el Partido Laborista".
El año pasado, Corbyn —desde hace mucho tiempo un legislador de respaldo— fue el elegido de los miembros del partido para que dirigiera a los laboristas, que ha perdido dos elecciones generales sucesivas frente a los conservadores.
Jeremy Corbyn goza de un fuerte apoyo entre los activistas locales, pero muchos legisladores laboristas creen que sus puntos de vista de izquierda están fuera de sintonía con la opinión pública y han tratado de quitarlo del puesto.
Eso no funcionó. El margen de victoria de Corbyn es mayor que hace un año, pero ahora dirige un partido que está profundamente dividido sobre si va a valorar los principios políticos por encima de la necesidad de llegar al poder.