El cardenal y obispo de la Diócesis de David, José Luis Lacunza, arremetió contra el egoísmo presente en la sociedad que produce corrupción y fraude, durante la homilía que pronunció con motivo de la fiesta nacional en Roma.
En la céntrica iglesia de la capital italiana San Giovanni de la Pigna, Lacunza hizo un repaso por la historia reciente de Panamá y destacó los 114 años de plena soberanía del país.
En presencia de la embajadora de Panamá ante la Santa Sede, Miroslava Rosas, y de la embajadora ante Italia, Ana María de León de Alba, determinó que el pueblo de Dios necesita de “hombres y mujeres dispuestos a servir”. Y agregó: “Si todos asumiéramos esta actitud muchos de los males sociales, económicos o políticos se resolverían, acabarían”.
Con un duro discurso contra lo que denominó “el imperio del yoísmo”, reconoció que son las actitudes sociales que “se aprovechan de los demás en vez de servirlos” las que producen “envidia, fraude y corrupción”. “Usamos cualquier artimaña para estar por encima con una actitud egoísta. Esto vale para todos, gobernantes y gobernados”, acotó.
Lacunza también aprovechó su alocución para denunciar la contradicción que crea que la economía boyante de la que goza el país no sea permeable a todas las capas de la sociedad: “Panamá goza de una economía envidiada y envidiable, pero, sin embargo, convivimos con una pésima distribución de la riqueza que hace que haya sectores de la población, sobre todo las comunidades indígenas, que no tienen acceso al progreso económico”, lamentó.
“Solo cuando entendamos que nuestro objetivo fundamental es el servicio cambiará esto. Mientras tanto, nuestra vida es un continuo conflicto de interés”, concluyó.
Esta tarde está previsto que el cardenal polaco, Stanislaw Rylko, entregué al cardenal José Luis Lacunza una reliquia de san Juan Pablo II.