El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva ganaría holgadamente el primer turno de las elecciones presidenciales de Brasil en 2018, pese a su asfixiante situación judicial por el caso Petrobras, y también se impondría en la mayoría de los escenarios de balotaje, reveló un sondeo.
Lula (2003-2010) sería votado por el 30% del electorado (contra 25-26% de diciembre), el doble de lo que obtendrían Marina Silva, una exministra de su gobierno, que se mantuvo en 15%, y Jair Bolsonaro, un outsider de extrema derecha que sumaría entre 14 y 15% de los votos (desde 8 y 9%), suficientes para quedar segundo en uno de los escenarios analizados por el estudio de Datafolha.
Silva es la única política en condiciones de vencer Lula en segunda vuelta: 41 a 38%, diferencia considerada por Datafolha como de “empate técnico”. En todas las demás mediciones, el exmandatario de izquierda se impondría ampliamente.
“Lula se mantiene en el liderazgo pese a las menciones recientes en Lava Jato”, señaló la encuestadora, en referencia al caso Petrobras, que investiga una red de sobornos y desvíos de dinero público a la política.
El exlíder sindical y fundador del Partido de los Trabajadores (PT) enfrenta cinco procesos por corrupción, tráfico de influencia y obstrucción a la Justicia. Si es condenado en alguno de ellos, y el fallo es ratificado en segunda instancia, no podrá postularse.
El escenario político brasileño entró en turbulencia desde que el año pasado fue destituida Dilma Rousseff (2011-2016), sucesora de Lula , por adulterar las cuentas públicas. Y la crisis ha sido alimentada sin pausa por los escándalos de Petrobras y de la constructora Odebrecht, que confesó haber comprado decenas de funcionarios públicos.
El descrédito abrió las puertas a figuras como el radical Bolsonaro, que defiende públicamente a la última dictadura (1964-1985), el actual alcalde de la ciudad de Sao Paulo, Joao Doria, u otras sin filiación partidaria, pero con prestigio social, como el juez Sergio Moro.