Las Madres de Plaza de Mayo, símbolo de lucha y resistencia en la última dictadura (1976/1983) celebraron este domingo sus 40 años de existencia con música y marchas, y reivindicaron "los ideales" de sus hijos desaparecidos por el régimen militar de entonces.
"Alerta, alerta que están vivos, todos los ideales de los desaparecidos", cantaban al unísono miles de personas que marcharon tras las madres con sus emblemáticos pañuelos blancos alrededor de una pirámide, en el centro de la plaza que les dio el nombre.
Al frente, estaba la combativa líder Hebe de Bonafini, 88 años, junto a otras tres Madres, todas en silla de ruedas empujadas por activistas, y detrás una decena de mujeres ancianas avanzaba dando pequeños pasos, sosteniendo una gran bandera con la inscripción "La falta de trabajo es un crimen".
Como si fueran estrellas de rock, una nube de militantes y curiosos peleaba un lugar para sacar una foto de las mujeres de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que lidera Bonafini, antes de que comenzara el concierto de tono festivo.
"30 mil razones para seguir luchando", se leía en un cartel aludiendo a los desaparecidos.
"Las Madres simbolizan la vida, frente al proyecto de muerte de la dictadura militar", dijo a la AFP el teólogo y filósofo Rubén Dri, 88 años, presente en el acto.
El hombre, que debió exiliarse en la dictadura, se lamentó de que con el gobierno de Mauricio Macri "volvió el neoliberalismo. Y nuevamente son las Madres que encabezan la lucha por la recuperación de la vida y la dignidad".
El 30 de abril de 1977, 14 mujeres se reunieron en la plaza frente a la Casa Rosada, sede del gobierno, para reclamar por sus hijos arrancados en medio de la noche de sus hogares o secuestrados en la calle, ante la falta de respuestas oficiales.
El grupo de mujeres, que más tarde serían conocidas en el mundo como las Madres de Plaza de Mayo, estaban paradas mostrando las fotografías de sus hijos.
La policía les ordenó: "circulen, circulen".
En lugar de irse, comenzaron a caminar. Así nació la mítica 'ronda' de los jueves que desde entonces se repite cada semana en la plaza que fue testigo tanto de sus combates como de sus divisiones.
"A 40 años, encontrarme aquí es una sensación hermosa, completamente distinta de aquel 30 de abril de 1977, cuando estas 14 mujeres estábamos ahí, pensando que íbamos a hacer una forma de presión para que (el exdictador Jorge) Videla, ese genocida, nos diera alguna información por la ausencia de nuestros hijos", evocó Mirta Acuña de Baravalle, (92) de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
La mujer celebró la presencia de "tantos jóvenes, porque en ellos estoy teniendo la presencia de nuestros 30 mil detenidos-desaparecidos".
Manifestantes de todas las generaciones se mezclaron en la Plaza de Mayo.
Para Franca D'Amico, de 33 años, las Madres "simbolizan la memoria, la lucha por la verdad y la justicia", dijo esta joven nacida en 1984, el año de la recuperación democrática.
"Los gobiernos tienen una deuda muy grande: es que se abran los archivos y nos digan qué pasó con todos los desaparecidos, que los jueces digan a quién entregaron los bebés que fueron apropiados de sus madres cautivas embarazadas. Hay más de 400 jóvenes que no conocen su identidad", advirtió la dirigente Nora Cortiñas (87).
Desde 1977, 122 niños robados recuperaron su identidad, el último caso, la semana pasada.
Desde 2003, con la anulación de las leyes de amnistía, suman decenas de juicios por crímenes de lesa humanidad en todo el país, con unos 700 condenados, la mayoría militares y policías y aún hay numerosos procesos en curso.