La oposición venezolana tuvo un 2016 de luces y sombras, de pruebas de liderazgo y de choques frontales con el presidente Nicolás Maduro y su partido, que dejaron a la luz fisuras internas que amenazan su meta: lograr un cambio de modelo de gobierno y del Ejecutivo.
Exitosas convocatorias para multitudinarias marchas de rechazo al gobierno, millones de firmas recolectadas para activar un referendo revocatorio del mandato de Maduro, un evidente resquebrajamiento de la polarización que reinó en el país por años y la divulgación -en América y el mundo- de la crisis política que degeneró en una de tipo humanitario, lograron llevar fuera del país el mensaje de que la mayoría de la población rechaza las políticas actuales de Maduro. Por último, la declaratoria en la Asamblea Nacional de la responsabilidad política del presidente de la República por la crisis que vive el país.
A pesar de ello, Maduro no cede un peldaño y asegura que concluirá su mandato y el gobierno chavista continuará. Para ello, le han manifestado su apoyo las Fuerzas Armadas y ha tenido de su lado el andamiaje legal del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), entidades con las cuales logró frenar la convocatoria al referendo revocatorio y el accionar de la Asamblea, respectivamente.
Y cuando las críticas y las protestas parecían estar en su climax, en su contra, con un juicio de responsabilidad política andando y una manifestación prevista a llegar a Miraflores a exigirle la renuncia, el mandatario posicionó la idea de que estaba dispuesto a dialogar, a ceder en las principales demandas de la oposición -la liberación de todos los presos políticos, abrir un canal humanitario, establecer un calendario electoral- e incluyó a la Iglesia católica, a través de un enviado del papa Francisco, en unos encuentros de los que surgieron una serie de acuerdos que según los líderes opositores fueron incumplidos por el gobierno y, por tanto, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció que abandonaba la mesa. La estrategia oficialista triunfó al dilatar las acciones y dividir a los líderes opositores.
A pesar del panorama, los partidos que integran la MUD siguen apostando a sacar a Maduro del poder y reiteran que la única vía para acabar con ese “régimen” es la constitucional, electoral y pacífica. Así lo manifestaron los diputados Richard Blanco, de la Alianza Bravo Pueblo; Dinora Figuera, de Primero Justicia; y Américo de Grazia, de Causa R, quienes expresan que la Asamblea jugó un papel importante, al ser el único poder independiente y devolverle algo de la institucionalidad perdida al Estado.
“Ellos han venido actuando con un irrespeto total y han quebrantado el hilo constitucional (…) En Venezuela, y todo el mundo sabe, tenemos un presidente que se ha encargado de penetrar los cimientos del estado y por eso es que el TSJ, que debería ser un organismo autónomo, pareciera ser el bufete de quien por desgracia está dirigiendo los destinos de Venezuela”, expresó Blanco, quien aseguró que los diputados han demostrado que son autónomos, independientemente del atropello que significa que el TSJ haya estado emitiendo sentencias para impedir que las leyes aprobadas se ejecuten.
En esto coincide De Grazia, quien expresó que la Asamblea es el único instrumento que hoy tiene el pueblo venezolano para tratar de desafiar su futuro y enrumbarlo por caminos democráticos y que es por esa independencia que han enfrentado tantos desafíos. “Estamos ante un régimen totalitario, estamos viviendo una dictadura de un cuño de siglo XXI (…) estamos viviendo también en un régimen absolutamente militarista e incluso [en] un narco estado. Ante un panorama como este, obviamente la Asamblea, que es una institución destinada constitucionalmente a moverse en el marco democrático (…) pareciera que estuviera arando en el desierto”, afirmó.
Dinora Figuera
Diputada
Figuera destacó que los diputados han defendido la institucionalidad del Legislativo más allá del “desdibujamiento de un modelo político fracasado, como lo es el llamado socialismo del Siglo XXI”, que “está abrazado también a la no independencia de poderes”, y que es por ese rol protagónico que han tenido, que el gobierno, a través del TSJ y del CNE, de forma inconstitucional, han tratado de vulnerar la estabilidad y funcionamiento de la Asamblea.
Sobre las amenazas del presidente, de que disolverá la Asamblea, Blanco aseguró que él no tiene legitimidad ni apoyo del pueblo, por tanto, ese sería un desatino más. Además, indicó que la comunidad internacional tampoco lo aceptaría.
¿Cuál será la ruta de 2017? Blanco no duda: Electoral. Lo vamos a sacar con votos, como se debe hacer en una democracia, que es la que nosotros estamos representando desde la Asamblea Nacional. Ojalá y que podamos hacerlo así y no como él prefiere hacerlo, que es a fuerza de empujones, de sangre, a fuerza de la lágrima de los venezolanos.
En la misma línea se encuentra la diputada Figuera, quien asegura que el gran desafío de los venezolanos es salir de la crisis pacíficamente y por la vía electoral. “No creemos en (...) cambios que nos lleven de una crisis a una guerra civil, todo lo contrario, hemos hecho un gran esfuerzo democrático para que eso no suceda y creo que en la Asamblea hoy el gran desafío es que el Ejecutivo entienda que ya ha tenido demasiadas oportunidades, y por eso es que usando los instrumentos de la Constitución vamos a buscar esos cambios”.
De Gracia tampoco cree en soluciones golpistas o militaristas: “Tenemos que apostar a que las elecciones de gobernadores se den, a que podamos hacer un cambio en el orden nacional, a que los organismos de carácter internacional puedan seguir presionando como lo han venido haciendo, para tratar de motivar cambios y, por supuesto, a que la salida sea pacífica, democrática, constitucional y electoral”.
Para las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015 no muchos daban un triunfo a la MUD. ¿Podrá reeditar la victoria de esa fecha en las elecciones de gobernadores y alcaldes que están pendientes y que el CNE ha dicho que realizará en 2017? Blanco y Figuera están seguros de que la población va seguir confiando en la MUD porque a pesar de que ha cometido errores, muchos de ellos –alegan– son producto del “terrorismo político” a que ha estado sometida por parte de Maduro y porque hoy, más que nunca, ese 60% que votó por ellos en 2015 asumió que más allá de la diversidad en la Asamblea, sin duda fue un bastión de lucha para el cambio.
Sin embargo, remarca Figuera, antes de eso es importante que Maduro deje el poder. “Y no porque nosotros lo decimos sino porque (…) estamos viendo a la gente comiendo alimentos descompuestos en la calle, una gran pobreza, una situación de crisis humanitaria que nos lleva a nosotros [este] año a reconocer el abandono del cargo por parte de Nicolás Maduro”, apuntó.
Y es que, el presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup, anunció al cerrar el año legislativo que el período ordinario de 2017, que empieza hoy, 5 de enero de 2017, tiene como primera tarea discutir ese tema.
Blanco aseguró que la MUD tiene una unidad de propósito, que es sacar de Miraflores a Maduro y que ese “bando” que ellos representan es mayoritario porque la gente está “obstinada” de no comer, de que no haya medicamentos en los hospitales, de que el dinero no les alcance, de que cada 8 minutos muere una persona como consecuencia del hampa.
Figuera coincide en que en este momento están privilegiando el cambio de Maduro pero están dispuestos a honrar el desafío de las elecciones de autoridades locales y todos los que vengan. La diputada de Primero Justicia aprovechó para denunciar que Maduro ha hecho amenazas de que ejercerá acciones para evitar que que al iniciar el segundo período legislativo, su partido asuma la presidencia a través de Julio Borges, a quien corresponde por acuerdos internos de la MUD.
La lucha desde la Asamblea no es lo único que peligra. Las diferentes posturas internas en la MUD, a propósito de las “negociaciones” impulsadas por el gobierno hicieron mella al liderazgo del bloque opositor, al punto que desde diversos partidos se llamó a ampliarlo y reestructurarlo. No obstante, todos los consultados evitaron hablar de una división. Aseguraron que hay diversidad de opiniones pero siempre prevalece el bien común. De Grazia, precisó que están “unidos en la forma, pero no en el fondo, que es la estrategia” y que para atender ese tema su partido, Causa R, ha presentado a la MUD “un reglamento reconociendo la fuerza que tiene cada uno dentro del parlamento, como signo de medida, para poder abordar los temas, darle a cada quien el porcentaje que tiene (...) para poder llegar a un entendimiento y a un acuerdo” y poder así elaborar una estrategia común.
“No es nada fácil pero también somos de los que afirmamos de manera categórica que dentro de la mesa todo, fuera de la mesa nada. Este es un régimen que no lo podemos derrotar cada quien por su lado”, aseguró De Grazia.
MADURO REITERA ADVERTENCIA
Ayer, el anunciar cambios en su Gabinete -entre ellos el de su vicepresidente Aristóbulo Isturiz, que fue reemplazado por Tareck El Aissami-, el presidente Maduro volvió a hablar de nuevas elecciones en la Asamblea. Incluso se refirió a la convocatoria de la sesión de este jueves como una reunión "de los restos de lo que queda de la Asamblea".
El mandatario aludió a que la razón de un llamado a nuevas elecciones sería el incumplimiento de lo pactado durante el diálogo. "Solo sé que la mesa de diálogo que convoqué logró un documento firmado por los voceros de la MUD, donde se comprometieron a obedecer y acatar los dictámenes del TSJ y a salir de la ilegalidad en que han incurrido, en que han caído durante todo el año 2016 (...) Deben cumplir con el acuerdo firmado por mi amigo Jesús Chúo Torrealba. Dicen que tienen la intención de nombrar a mi otro amigo, Julio Andrés Borges como presidente de la Asamblea (...) Julio Borges se comprometió de palabra conmigo a acatar al TSJ y en segundo lugar a participar de todas las iniciativas de diálogo que estoy adelantando. Ojalá cumpla la palabra (...)", manifestó Maduro.
Por último, advirtió: "Yo espero que más temprano que tarde cumplan con los acuerdos, antes de que sea demasiado tarde (...) Por el camino que va la Asamblea Nacional lo que está es rumbo a la autodisolución y a la convocatoria de nuevas elecciones, ellos mismos están marcando ese rumbo, no lo digo yo, no lo propongo yo, es una realidad".
Justicia giró 40 fallos para bloquear la Asamblea
Hace un año, el bloque opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) rompió con 17 años de hegemonía chavista en la Asamblea Nacional, llegando con una mayoría calificada (112 diputados) que auguraba la recomposición de la institucionalidad de ese órgano del Estado.
A pesar de que sancionaron 15 leyes, de carácter social y económico y de que intentaron ejercer una función de control del Ejecutivo, sus acciones fueron anuladas por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que declaró 11 de esas leyes como inconstitucionales. Además, una de ellas fue declarada inviable económicamente (Bono de Alimentación y Medicamentos para Jubilados y Pensionados) y dos esperan por pronunciamiento, aunque se espera que corran la misma suerte.
Solo una ley recibió el apoyo de la bancada oficialista y fue publicada en Gaceta, por tanto está vigente. Se trata de la que limita la telefonía celular y la internet en los centros penales.
Para bloquear el trabajo de la Asamblea, el TSJ se valió de 40 sentencias, la primera de ellas, emitida el 30 de diciembre de 2015 –con el fin de tumbar la mayoría calificada que había logrado la oposición–, con la cual admitió la impugnación de las elecciones en el estado Amazonas, por supuestas irregularidades. A esa le siguió una del 11 de enero de 2016, que ordenó la desincorporación de esos tres diputados, tema que, a la postre, fue el argumento utilizado por el gobierno para declarar en “desacato” a la Asamblea hasta que, en septiembre –mediante otro fallo- el TSJ decretó que todos los actos del legislativo son inconstitucionales y por tanto nulos.
Un recuento de todas las leyes emitidas, de los actos de control de diversos funcionarios del Ejecutivo, incluido el presidente Nicolás Maduro, así como de las sentencias giradas por el Judicial se encuentra en el sitio web de la Asamblea, en sendos informes de la Dirección de Comunicación.
Al presentar su informe de gestión el pasado 15 de diciembre, el presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup, detalló que efectuaron 76 sesiones ordinarias del pleno, sin contar las especiales, y que solo en dos ocasiones fueron suspendidas. Asimismo, destacó el trabajo realizado ante organismos internacionales para denunciar la situación que viven los venezolanos.
También hizo énfasis en el trabajo realizado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Unión Interparlamentaria, la ONU y los distintos Parlamentos en los que denunciaron la situación del país.