'Mamá, hay disparos en el club... Voy a morir'

'Mamá,  hay disparos en el club... Voy a morir'


Docenas de cadáveres fueron retirados lentamente durante la noche de un popular club nocturno de Orlando, Florida, después de que un hombre balease a una multitud indefensa y conmocionó a una ciudad conocida por sus parques temáticos familiares.

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El terror vuelve a Estados Unidos con la masacre de Orlando

Cuando el atacante abrió fuego en la madrugada del domingo, interrumpió de forma brusca una noche de copas, bailes y espectáculos de transformismo en una discoteca conocida por su tolerancia hacia todo tipo de público.

Jon Alamo llevaba horas bailando en el Pulse cuando entró en la sala principal de la discoteca justo a tiempo para ver al pistolero. "¿Han visto alguna vez como sostienen las grandes armas los marines, disparando de izquierda a derecha? Así era como él disparaba a la gente", dijo.

El responsable de la discoteca, Eddie Justice, envió un mensaje de texto a su madre, Mina: "Mamá te quiero. Hay disparos en el club". Ella estaba profundamente dormida. Eran las 2:06 a.m. Unos 30 minutos después, escondido en un baño, volvió a escribirle: "Viene. Voy a morir". Eddie Justice entraría más tarde en la lista de los fallecidos en la balacera.

A las 2:09 a.m., Pulse publicó un mensaje en su página de Facebook: "Todos huyan de Pulse y sigan corriendo".

Brand White y su primo estaban bailando en el salón principal cuando él gritó: "¡Es un tipo con una bomba!" y antes de darse cuenta, White recibió un disparo en el hombro.

El sospechoso, Omar Mateen, entró al recinto armado con un fusil AR-15 y disparó sin descanso, según las autoridades. En un espacio tan reducido, las balas difícilmente erraban. Disparó a la policía. Tomó rehenes. Alrededor de las 5 de la mañana, las autoridades enviaron a un equipo del cuerpo de élite SWAT para rescatarlos. Cuando cesaron los disparos en el Pulse Orlando, 50 personas (incluyendo al atacante) habían perdido la vida y docenas más presentaban heridas graves en el peor tiroteo masivo en la historia reciente de Estados Unidos. 39 fallecieron en la discoteca y 11 más en hospitales.

Mateen, quien según las autoridades había jurado lealtad al grupo extremista Estado Islámico en una llamada al teléfono de emergencias 911 antes del ataque, falleció en un intercambio de disparos con miembros de los equipos especiales SWAT.

"Siempre he sentido que este era un lugar seguro para mi familia, mis hijos. Y ahora, no sé", dijo Marlon Massey, que vive enfrente del club.

Las autoridades se preguntan si fue un acto de terrorismos e investigan el entorno de Mateen, un ciudadano estadounidense de 29 años de edad de Fort Pierce, en Florida, que trabajó como guarda de seguridad. Su padre recordó cómo su hijo se molestó cuando vio a dos hombres besándose en Miami y dijo que esto podría estar relacionado con el asalto.

Al-Bayan Radio, una emisora afiliada a la milicia radical, calificó a Mateen como "uno de los soldados del califato en América". La emisora elogió el ataque diciendo que tuvo como objetivo una reunión de cristianos y homosexuales y que es el peor ataque en suelo estadounidense desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Al menos 53 personas fueron hospitalizadas, la mayoría en estado crítico, y un cirujano del Orlando Regional Medical Center dijo que era probable que la cifra de víctimas mortales suba.Hasta el domingo, el tiroteo con más víctimas en Estados Unidos era el ataque al Tecnológico de Virginia en 2007, donde un estudiante mató a 32 personas antes de suicidarse.

La familia de Mateen procede de Afganistán, pero el joven había nacido en Nueva York. Su familia se mudó más tarde a Florida. En una llamada al número de emergencias 911 antes de perpetrar la matanza, Mateen había jurado lealtad al líder del grupo extremista Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi.

En 2014, las autoridades hallaron que Mateen tenía vínculos con un suicida estadounidense, agregó Ron Hopper, un agente del FBI, que describió el contacto como mínimo y apuntó que no suponía una amenaza en ese momento.

Mateen compró legalmente al menos dos armas de fuego en la última semana aproximadamente, según Trevor Vleinor, del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés). Fue guardia de seguridad con la compañía G4S. En una carta fechada en 2012 la firma señaló que Mateen trabajaba en West Palm Beach. En un comunicado enviado el domingo al periódico Palm Beach Post, la compañía de seguridad confirmó que Mateen fue su empleado desde septiembre de 2007. Expedientes estatales muestran que el agresor tenía licencia para poseer armas de fuego desde al menos 2011 con vencimiento en 2017.

 

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