Miles de manifestantes y un fuerte dispositivo de seguridad se agruparon para recibir al presidente Donald Trump a su regreso a la ciudad de Nueva York por primera vez desde su juramentación.
Los manifestantes se concentraron el lunes en las zonas que la policía delimitó frente a la Torre Trump, horas antes de la llegada del mandatario.
En una manzana cercana hay una figura inflable caricaturesca de Trump. La policía ha colocado camiones llenos de arena como barrera alrededor del rascacielos, y varios retenes policiacos cerca de la entrada.
"¡Trump, el racista debe irse!"; "¡No a Trump, no al KKK [Ku Klux Klan], no a un Estados Unidos fascista!".
Al menos una manifestante fue derribada por la policía frente a las puertas de la lujosa tienda Prada, justo enfrente de la Trump Tower, y arrestada, constató una periodista de la AFP.
"íSolo estaba manifestando pacíficamente!", se quejaba la mujer de unos 50 años de edad. "¿A quién sirven ustedes? ¿A quién protegen?", gritaba a los policías en una sola voz la multitud, indignada.
"Estoy aterrorizada del país en el cual nos hemos convertido, del hecho de que los supremacistas blancos, los nazis, los antisemitas se sienten legitimados por nuestro presidente", dijo a la AFP Lynn Gray, una exbanquera neoyorquina de 68 años de edad que fundó su propia compañía y que llevaba al cuello un colgante con una estrella de David sobre una mano de Fátima.
"Está destruyendo todo lo que nuestros Padres Fundadores hicieron", añadió esta mujer en la Quinta Avenida, donde las tiendas de lujo no cerraron sus puertas pero estaban vacías.
Entre los manifestantes está la reverenda Jan Powell, ministra retirada de la Iglesia Unida de Cristo. Dice que está molesta por la respuesta del mandatario republicano al mitin que organizaron supremacistas blancos el fin de semana en Virginia y que derivó en hechos violentos.
Inicialmente, Trump culpó a “muchos bandos” por la violencia. El lunes dijo que “el racismo es un flagelo”.
Trump no condenó inmediatamente la protesta de supremacistas blancos que terminó en un baño de sangre en Charlottsville, Virginia, el sábado. Pero bajo fuerte presión tanto de demócratas como de republicanos, este lunes denunció el racismo y catalogó a los neo-nazis e integrantes del KKK de "criminales".
"Nunca me gustó Trump aunque quise darle una oportunidad. Pero esta semana ha caído a lo más bajo de su presidencia", estimó otro manifestante, Kevin Gallagher, un maestro de jardín de infantes de 61 años de edad que divide su tiempo entre Seattle y Nueva York.
"Vine aquí a expresar mi rabia por su negativa a denunciar el nazismo en Estados Unidos, y la extrema derecha, y los movimientos racistas. Sentí que debía estar aquí, frente a su hogar", dijo el músico Ryan Egan, un joven neoyorquino de 28 años que vestía jeans, camiseta y llevaba un aro en la oreja.
El presidente ha dicho que no regresa a Nueva York más seguido para evitar paralizar la ciudad. Cuando está en Nueva York, la policía calcula que su seguridad cuesta $308 dólares al día.
Made additional remarks on Charlottesville and realize once again that the #Fake News Media will never be satisfied...truly bad people!