Martinelli: vacaciones de lujo

Martinelli: vacaciones de lujo


Una suite presidencial en un lujoso hotel con vista a la esmeralda costa de una isla mediterránea, a un costo de 3 mil 882 dólares la noche para el jefe y su acompañante; otra suite, a 3 mil 93 dólares la noche, para sus dos secretarios personales; tres habitaciones para los matrimonios que formaron parte de la comitiva.

Carros de alquiler, a mil 500 dólares el día; bebidas alcohólicas, manjares y tabaco, a más 2 mil 100 dólares diarios; alquiler de un yate de 19 metros de eslora, mil 100 caballos de fuerza y 3 cabinas-dormitorio, a un costo de 12 mil dólares. Total: unos 86 mil dólares por tres días de lujo en Cerdeña (Italia), lo que equivale a unos 10 años de salario de un profesional de la enseñanza. ¿Cosa de ricos? No, servidores públicos en 2011.

LAS ‘CORTESÍAS’ DE VALTER LAVÍTOLA

Las suites 231 de Ricardo Martinelli y Aurora Muradás (esta última registrada con número de pasaporte XD522…) y la 252, de su secretario particular Adolfo Chichi De Obarrio, les salieron gratis a los huéspedes.

Estas fueron pagadas  –mediante transferencia bancaria de unos 23 mil dólares– por Valter Lavítola, mediador hasta entonces en las negociaciones del Estado de Panamá con las empresas italianas Finmeccanica y Svemark. Un regalo que incluía, además, comida diaria en el romántico y sugestivo marco del golfo de Porto Cervo, en agosto de 2011, horas antes del traslado de la comitiva a la ciudad alemana de Schwanau (Baden-Wurtemberg) para recibir de la empresa Herrenknecht AG las tuneladoras para la construcción del Metro de Panamá.

Los acompañantes: el exministro de Obras Públicas Federico Suárez y su esposa;  dos miembros del “círculo cero” de Ricardo Martinelli: Riccardo Francolini (exdirectivo de la Caja de Ahorros) y Gabriel 'Gaby' Btesh con sus respectivas acompañantes abonaron sus cuentas con tarjetas de crédito. Los secretarios Sebastián Sánchez y Adolfo 'Chichi' De Obarrio pagaron 11 mil 888 dólares extras. En conjunto, en 72 horas de lujo, los 10 huéspedes consumieron alcoholes, manjares y tabaco por 8 mil 860 dólares.

SE FUERON SIN PAGAR EL YATE

En el espléndido yate Miss Blue navegaron por el parque marítimo de la Magdalena y hasta Capo Feno, en la vecina Córcega (Francia).

Un día después, con Valter Lavítola, se desplazaron a la isla de la Molara y se entretuvieron en el jardín botánico de La Certosa de Porto Rotondo, propiedad del ex primer ministro Silvio Berlusconi, quien sospechando que algo se tramaba a sus espaldas, alegó dolores de estómago  para eludir el encuentro con Martinelli.

Los pasajeros gastaron otros 150 dólares en licores a bordo. Y el yate, otros mil 850 dólares en combustible. Con el alquiler de la embarcación, la factura ascendió a unos 12 mil dólares, pero gratis, porque los ilustres navegantes se fueron sin pagar.

Desde entonces, la propietaria prefiere que no le hablen de panameños de origen italiano ni  de italianos radicados en Panamá.

El comandante del Miss Blue no olvida “la familiaridad a bordo de Martinelli  con Valter Lavítola”, según declaró a la Policía.

RESPUESTAS AMBIGUAS

¿Quién pagó el yate?, preguntó el fiscal jefe de Nápoles, Vincenzo Piscitelli, a Valter Lavítola en la audiencia penal de octubre pasado.

–[…] Creo que la pagó Martinelli, respondió el acusado. Era una barca pequeña, agregó.

–Mire, le replicó el fiscal, podía haber sido un bote a remos. ¿Quién la pagó?, insistió.

–Yo no, afirmó  Lavítola.

–[…] ¿Cuánto pagó por Chichi y los demás?

–Creo que 12 mil o 18 mil euros […)] no lo recuerdo con precisión. […]  Hay una barbacoa con una piscina muy grande. Todo  muy bonito, muy caro, donde pasas el día y, pasando el día, gastas más en comidas y bebidas [que en alojamiento].

–[…]¿ Y Chichi? –repetía el fiscal.

–Chichi era un amigo del Presidente –explicó Lavítola, y me invitaba a lugares maravillosos, en concreto, a un lugar que se llama Hacienda del Mar, en una isla cercana [en el Pacífico panameño], y lo mínimo que yo podía hacer era devolverle [la invitación].

–Disculpe, le interrumpió Piscitelli.  ¿Por qué pidió entonces a Finmecanica que pagara el coste de estas vacaciones?

–Porque, digo yo, antes que pagarlo de mi bolsillo, como estoy trabajando para ellos, que Finmeccanica cargue con todo esto. Me dijeron no. Final de la transmisión, dijo Lavítola.

Al final se descubrió que fue Impregilo la que pagó más de 70 mil  dólares para costear las excéntricas vacaciones de Martinelli en Italia. Lavítola fue condenado a tres años de prisión por haber extorsionado a Impregilo, a instancias de Martinelli, a cambio de la adjudicación de nuevas licitaciones públicas en Panamá.

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