La cumbre del Mercosur quiere hacer un llamado el viernes al gobierno de Venezuela para que desista de la Asamblea Constituyente, en una declaración que los cancilleres buscaban consensuar en su reunión en la ciudad argentina de Mendoza.
La crisis venezolana fue el tema central este jueves en la sesión del Consejo del Mercado Común, máximo órgano del bloque, que reúne a los ministros de Exteriores de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El Mercosur considera importante emitir un pronunciamiento "condenando los hechos de violencia, bregando por el restablecimiento de las instituciones democráticas, el respeto de las libertades civiles y políticas y de los derechos humanos e instando a que las autoridades desistan de realizar la elección", dijo el vicecanciller argentino, Guillermo Raimondi.
Esa elección, que la oposición venezolana rechaza por considerar que se realizará de manera fraudulenta, está prevista para el 30 de julio. Venezuela está suspendida del Mercosur desde diciembre por el incumplimiento de las obligaciones comerciales a las que se comprometió cuando se incorporó en 2012.
Los cancilleres debaten ahora aplicarle "una suspensión política" basada en la cláusula democrática del Protocolo de Ushuaia, que le excluiría de todos los órganos del bloque, en los que actualmente tiene voz aunque no voto. Raimondi descartó, sin embargo, aplicar sanciones comerciales por considerarlas contraproducentes.
"No haremos nada que pueda afectar a la población venezolana", dijo en una conferencia de prensa. "Creemos que la situación en Venezuela es coyuntural y que cuando haya un acuerdo a través del diálogo con la oposición, podrá volver a ser parte del Mercosur".
El gobierno de Nicolás Maduro, a través de la cancillería, calificó esta cumbre de "ilegal" y consideró "alarmante el permanente uso temerario del mecanismo de integración al servicio de una política de hostigamiento al gobierno y al pueblo de Venezuela".
La iniciativa se suma a la fuerte presión internacional sobre Maduro, incluso con amenaza de sanciones de parte de Estados Unidos.
La oposición venezolana convocó este jueves una huelga general, tras casi cuatro meses de protestas que han dejado 99 muertos y un millar de detenidos.Los presidentes comenzaron a arribar a Mendoza la tarde del jueves para participar en la cumbre el viernes, la primera de jefes de Estado del Mercosur desde diciembre de 2015.
"Uruguay tiene una posición muy clara (...) de respeto a la no intervención de países terceros en asuntos internos de los países, respeto a la autodeterminación", declaró a su llegada el uruguayo Tabaré Vázquez sobre Venezuela.
Vázquez se ofreció a mediar para buscar, "a través del diálogo respetuoso y participativo", las soluciones de paz "en un momento particularmente triste para el hermano pueblo venezolano". Poco después arribó la chilena Michelle Bachelet.
Estaba previsto que el brasileño Michel Temer, y el anfitrión, Maurico Macri, llegaran tarde en la noche; Evo Morales (Bolivia) y Horacio Cartes (Paraguay) lo harán a primera hora de viernes.
En el orden económico, la cumbre de Mendoza se propone hacer énfasis en multiplicar las asociaciones con otros bloques impulsadas por Brasil y Argentina. "Estamos logrando reinsertar al Mercosur en el escenario internacional, luego de años de magros resultados en materia de negociaciones externas", declaró este jueves el secretario de Relaciones Económicas Internacionales del grupo, el argentino Horacio Reyser, al presentar un informe de la gestión de la presidencia argentina del bloque, que pasa el viernes a manos de Brasil. El acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea también se abordó en la cita de cancilleres.
El ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, que participó de la reunión con algunos de sus pares del Mercosur, saludó los avances del último semestre y dijo que "hay grandes chances" de lograrlo en diciembre.
Tanto los suramericanos como los europeos tratan de aprovechar el repliegue proteccionista de países clave, en particular Estados Unidos, para sellar el compromiso de crear este espacio de libre comercio de 760 millones de personas, que ha tenido grandes obstáculos en 17 años de negociaciones. Para ello ha sido determinante la coincidencia de Macri y Temer, dos mandatarios abiertos al libre comercio.
Una fuente de la Unión Europea subrayó esta semana que, en los últimos años, "se ha producido un cambio importante en los países del Mercosur tanto en el establishment político como en la comunidad empresarial, que ahora se muestra muy favorable a la conclusión de un acuerdo".
El objetivo del Mercosur y de la UE es alcanzar antes de fin de año un "acuerdo político", con los temas más conflictivos acordados, si bien todavía no se ha llevado a cabo el más espinoso: la oferta europea para las exportaciones sudamericanas de carne bovina y etanol, que podría llegar en octubre.