Fuga de El Chapo refleja corrupción del sistema político y judicial, dicen expertos

Fuga de El Chapo refleja corrupción del sistema político y judicial, dicen expertos


La fuga del capo Joaquín El Chapo Guzmán de un penal de máxima seguridad en México es el colofón de una larga historia de evasiones masivas, motines y asesinatos en cárceles, que según especialistas como Raúl Benítez Manáut, reflejan la "sintomática corrupción" que persiste en el sistema político y judicial del país.

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En una espectacular huida, que el país pudo presenciar en un video difundido ayer en la noche, el líder del cartel de Sinaloa se fugó el pasado 11 de julio por segunda vez de un penal de alta seguridad mexicano. El narcotraficante se escabulló por un hoyo bajo la ducha de su celda en la cárcel de El Altiplano, que conectaba con un túnel de más de 1.5 kilómetros hasta el exterior de la prisión, ubicada a 90 kilómetros de la capital mexicana.

El Gobierno reconoció que el capo tuvo que tener ayuda de funcionarios o trabajadores del penal para su evasión, que ha colocado en una situación vergonzosa al gobierno de Enrique Peña Nieto. Por el momento han sido cesados el director de El Altiplano y dos responsables del sistema penitenciario federal, mientras 22 trabajadores del penal siguen siendo interrogados por indicios de que pudieron colaborar con la fuga.

La huida de Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo hasta su captura en febrero de 2014, "es una llamada de atención muy grande para los políticos de todos los partidos para que controlen la corrupción", afirma Benítez Manáut. El Gobierno debe investigar la "cadena de actos corruptos hacia funcionarios del más alto nivel", demanda el experto.

Las deficiencias en las cárceles mexicanas han llegado a tal punto que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Ombudsman) señaló en 2012 que el crimen organizado tenía control sobre el 60% de todos los penales.

En los últimos años han ocurrido masivas fugas y espeluznantes episodios en las prisiones mexicanas, enmarcadas en la espiral de violencia desatada por la ofensiva militar antidrogas y las batallas entre carteles narcotraficantes.

En 2010 se descubrió que la directora de un centro de reclusión en Gómez Palacio, en la región de Durango (norte), autorizaba a reos vinculados con el sanguinario cartel de Los Zetas a salir por la noches del penal, con vehículos y armas oficiales, para matar a sus enemigos.

En 2013, 131 reclusos escaparon por la puerta principal de una cárcel en Piedras Negras (norte), limítrofe con Estados Unidos.

Del penal del Altiplano, construido hace unos 25 años, no se habían conocido hasta ahora fugas y era considerado un centro de reclusión inexpugnable y ejemplar. Sin embargo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos había advertido en 2013 que el penal carecía de suficiente personal de seguridad, además de que en su interior había objetos y sustancias prohibidas e internos que ejercían violencia o control sobre otros.

Ante este panorama, analistas cuestionaron que Guzmán no fuera extraditado hacia Estados Unidos, donde se le quiere procesar por numerosos cargos por la introducción de cargamentos de droga.

"Mantener en cárceles nacionales a capos de esta fuerza y este poder significa una gran amenaza y riesgo contra el Estado mismo porque tienen capacidad de corromper a jueces nacionales, como fue el caso de Colombia, secretarios de Estado y legisladores", señala Gerardo Rodríguez, coordinador del centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia de la Universidad de las Américas en Puebla (centro).

Desde que asumió el poder en 2012, Peña Nieto se ha rehusado a extraditar a Estados Unidos a grandes capos. Contrariamente, su antecesor Felipe Calderón (2006-2012) entregó durante su gobierno a cientos de narcotraficantes, empezando por Osiel Cárdenas, el poderoso jefe del cartel del Golfo y creador de Los Zetas.

Analistas como Benítez Manaut han atribuido esta decisión a que el Gobierno mexicano busca evitar que se revelen las redes de corrupción política que maneja "El Chapo". "Uno de los principales problemas de México es el nacionalismo judicial, que ha sido muy dañino" para México, concluye el experto.

LA FUGA

 

El túnel llegaba en su extremo del penal a un lugar lejos de la vista de las cámaras de seguridad de la prisión más estricta de México y las autoridades han coincidido en que la fuga debe haber contado con complicidad interna a gran escala.

El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, lo reconoció el lunes cuando el gobierno se presentó ante la presente para hablar de lo sucedido. Anunció que tres funcionarios de la prisión fueron despedidos, incluido el director de Altiplano. Tuvieron algo o mucho que ver con lo sucedido y por tanto se adoptó esa decisión, declaró Osorio Chong.

Sin embargo, el funcionario se abstuvo de señalar por su nombre a quién colaboró en el escape. Tampoco habló de erradicar el tipo de corrupción que propició la fuga. Osorio Chong dijo que el túnel se encontraba 19 metros (unos 62 pies) debajo de la superficie y afirmó que se utilizó "alta tecnología" para vulnerar las amplias medidas de seguridad del penal, que incluyen 750 cámaras y 26 filtros de seguridad.

Un túnel tan elaborado —con iluminación, ventilación y una motocicleta adaptada para ir sobre unas vías— habría tardado entre 18 meses y dos años en ser construido, dijo el exdirector de la división de Investigaciones de Seguridad Nacional del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos. "Pero cuando se trata del jefe, quizá lo haces a toda velocidad", indicó.

Si alguien tenía la capacidad para lograr esa hazaña era Guzmán, quien se cree tiene al menos un cuarto de siglo de experiencia en la construcción de túneles largos y elaborados para transportar drogas y contrabando bajo la frontera entre México y Estados Unidos, así como para escapar cuando las autoridades se le acercaran.

El cartel de "El Chapo" también ha sido el más eficaz para cooptar autoridades, dijo Edgardo Buscaglia, experto del crimen organizado en la Universidad de Columbia. "A la fecha son los que han logrado la mayor infiltración en las instituciones de gobierno en México", agregó.

Los expertos han manifestado escepticismo de que un proyecto de ingeniería de este tipo pasara desapercibido. Joe García, quien se retiró este año como agente especial interino a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional en San Diego, tiene una gran experiencia en investigación de túneles. Señaló que el de Altiplano era más largo que cualquiera. Para lograr tal proeza, quienes rescataron a "El Chapo" posiblemente tuvieron información de inteligencia de la prisión incluso antes del arresto de Guzmán, señaló Dinkins.

Los diseñadores y trabajadores habrían necesitado acceso a información restringida como planos del penal y de los sistemas de alarma y cámaras. Incluso con esa información, el ruido de cuando cavaron el pasaje vertical de 10 metros (30 pies) directamente debajo de la prisión para llegar a la celda de Guzmán habría llamado la atención.

"No es como que alguien tomó un par de herramientas, palas y picos. Es una operación muy avanzada", dijo Alonzo Pena, un exfuncionario del ICE. "¿Cómo podían estar ahí y no escuchar la construcción que estaban haciendo debajo?, es simplemente imposible".

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