Un poderoso terremoto de 8.2 grados sacudió este viernes 8 de septiembre el sur de México, dejando al menos 32 muertos, en lo que fue calificado como “el mayor” registrado de los últimos cien años en el país.
El poderoso temblor ocurrió a las 11:49 p.m. hora local del jueves (04:49 GMT del viernes) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 kilómetros de la costa, a una profundidad de 19 kilómetros y desató una alerta de tsunami para los estados de la porción central y sur de la costa del Pacífico mexicano. Pero esta fue levantada poco después.
Es el “mayor registrado en el país en los últimos 100 años”, dijo el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en un mensaje televisivo momentos después del movimiento telúrico.
El pánico se apoderó de norte a sur y se sintió por gran parte de los 120 millones de habitantes del país. Muchos salieron a las calles en pijamas, cargando a sus hijos o a sus mascotas.
Diez personas fallecieron en una zona montañosa del estado de Oaxaca (sur), tres más en el vecino Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, y dos menores en Tabasco. Pero las autoridades advierten que este número puede aumentar en las próximas horas.
En Juchitán, también en Oaxaca, “hay casas colapsadas con gente al interior de las mismas”, dijo Luis Felipe, coordinador general de protección civil federal, a la cadena Televisa.
De momento, en los estados del centro del país y Ciudad de México no se registraron mayores daños materiales ni se reportaron víctimas.
Las autoridades alertaron además sobre una réplica superior a 7 en las próximas horas. El temblor hizo revivir a muchos la pesadilla del sismo de 8.1 grados del 19 de septiembre de 1985 que devastó la ciudad y dejo unos 10 mil muertos. “Otro más no, Dios, por favor no”, rezaba de rodillas una mujer de unos 60 años.
En las calles del centro de la ciudad se escucharon gritos al ver cómo algunos vidrios se reventaban durante el sismo.