El presidente Michel Martelly pronunció su discurso de despedida al pueblo haitiano al dejar el poder sin que se haya electo aún a su sucesor.
En un discurso ante el parlamento, Martelly, quien deja el domingo el cargo, dijo que su "mayor arrepentimiento fue haber pospuesto la elección presidencial". Apuntó que trabajó "día y noche" para mejorar a Haití y que está "listo para ser juzgado por la historia".
Los legisladores han iniciado el proceso de conformar un gobierno interino a corto plazo. El primer ministro, Evans Paul, permanece en el cargo, y el parlamento elegirá a un presidente provisional en los próximos días.
Un acuerdo de último minuto entre Martelly y los legisladores está diseñado para evitar un vacío institucional. El documento señala que un gobierno interino estará a cargo hasta que un nuevo líder electo tome el poder el 14 de mayo.
El proceso electoral fue suspendido tras las protestas de la oposición, que denunció un "golpe de Estado electoral" fomentado por el gobierno.
En la primera vuelta de la elección presidencial, el 25 de octubre, el candidato oficialista, Jovenel Moise, había obtenido 32.76% de los votos, contra 25.29% para Jude Célestin, que calificó estos resultados de "farsa ridícula".
La segunda vuelta, inicialmente prevista para el 27 de diciembre, fue reprogramada en primera instancia para el 24 de enero y luego postergada indefinidamente, lo que impidió a Martelly entregar el poder a su sucesor el 7 de febrero, como prevé la constitución.
El sábado, unas horas antes del fin del mandato presidencial, Martelly los presidentes de las dos cámaras del parlamento firmaron un acuerdo que prevé la elección de un presidente de transición por la Asamblea Nacional.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, saludó el domingo ese acuerdo que dispone la formación de un gobierno transitorio y llamó a todas las partes a aplicarlo.
Treinta años después del fin de la dictadura de los Duvalier, Haití muestra aún graves problemas para organizar elecciones que no sean sospechadas de fraude y que motiven la participación de la población.
La perspectiva de un vació de poder a largo plazo es una nueva dificultad para la débil economía del país más pobre de América Latina.