Miles de personas daban el último adiós este sábado a la carismática dirigente indígena lenca, Berta Cáceres (45), asesinada el jueves en La Esperanza, 200 kilómetros al noroeste de la capital hondureña, demandando justicia cuando aún no hay señales de los autores del crimen.
“Justicia, justicia”, “Berta vive, la lucha sigue, sigue”, gritaban los asistentes al sepelio, procedentes de diferentes zonas del país, mientras trasladaban el féretro en un oficio religioso antes de ser llevado al cementerio de la ciudad natal de la asesinada, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).
Un hermano de Berta, Gustavo Cáceres, de los primeros en reconocer el cadáver, relató a la AFP que al menos dos encapuchados ingresaron la madrugada del jueves por la parte trasera a la vivienda donde dormía, y que su hermana se levantó al escuchar ruido y se enfrentó a los hombres hasta que la sometieron fracturándole un brazo y una pierna y le dispararon al menos ocho balazos a quemarropa.
Un mexicano que dormía en otra habitación, Gustavo Castro Soto, perteneciente a la organización Amigos de la Tierra México y otras agrupaciones, salió a ver qué pasaba y le dispararon hiriéndolo en un brazo. Además, una bala le rozó la mejilla pero fingió estar muerto y no le dispararon más.
Berta había vivido en la casa de su madre pero dos meses atrás se había mudado a otra vivienda.
“Ahora entendemos que (mudarse) fue una forma de proteger a la familia”, añadió Gustavo Cáceres.
Miles de personas participan en sepelio de ambientalista asesinada en Honduras
05 mar 2016 - 08:34 PM