La economía nicaragüense tendrá pérdidas de más de 1,000 millones de dólares y cerca de 200,000 empleos por la crisis política que azota al país y cuyo daño es irreparable, advirtió este sábado una organización de análisis económico.
Antes de la crisis, iniciada en abril, el Producto Interno Bruto (PIB) estaba proyectado en 15,200 millones de dólares y ahora los cálculos son de 13,940 millones, una caída del 3.5%, dijo a la AFP el director de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), Néstor Avendaño.
El Banco Central redujo sus previsiones de crecimiento económico de 4.9% a 1% para este año.
La economía nicaragüense es una de las más débiles de Centroamérica, aunque creció en promedio de 4.5% a 5% en la última década, tras el estancamiento por las guerras civiles de los años '70 y '80.
La crisis política detonada el 18 de abril por protestas de estudiantes contra una fallida reforma al seguro social envolvió al país en una espiral de violencia que ha dejado más de 300 muertos, 200 heridos, detenidos, desaparecidos y un éxodo de personas al exterior.
Para el presidente Daniel Ortega, blanco de las protestas, la situación tiende a normalizarse.
"Hay una tendencia a que el país se estabilice en el campo económico y comercial.Tiende a normalizarse, la economía va a ir reacomodándose", dijo Ortega el pasado martes, durante una ceremonia.
Avendaño consideró que la "crisis no ha pasado" pese a los anuncios desde el gobierno de que se ha restablecido la normalidad, luego de que retomó el control de zonas en manos de los manifestantes hace dos semanas.
Uno de los efectos más notables es la pérdida de 184,200 puestos de trabajo, lo que amenaza con más presión social.
"No veo señales de cuándo va a pasar la crisis", comentó Avendaño.
El sector agropecuario es uno de los más golpeados en este contexto.
"Hay un descuido" del ciclo agrícola 2018-2019, lo que implicará que las exportaciones van a caer un 4.5%, según Copades.
Pero, para Avendaño, lo más negativo es el comportamiento del comercio y turismo, responsable de gran parte de la caída del PIB.
Empresas turísticas grandes, como hoteles y restaurantes, trabajan a una capacidad de 20% a 25%.
Hostales y pequeñas empresas de servicios relacionadas con esta actividad cerraron, e incluso reconocidas firmas del sector con años de tradición se vieron obligadas a suspender operaciones, apuntó.