Miles de personas desfilaban bailando este miércoles 1 de agosto al son de música festiva en una maratónica procesión por Santo Domingo de Guzmán, patrono de Managua, a quien imploraron por la paz en Nicaragua, donde se vive una crisis política que ha dejado más de 300 muertos desde mediados de abril.
Los fieles iniciaron la procesión a primera hora del día alrededor de la diminuta imagen del santo, apenas visible en un altar cargado en hombros por seguidores que bailaban al son de música tradicional. "Al santo tenemos que pedirle mucho por Nicaragua, hemos sufrido mucho con tanta cosa que ha pasado", comentó Evelina Reyes, una vendedora de perros calientes en la rotonda de Cristo Rey, en el sureste de Managua, donde se instaló una pequeña feria para celebrar al santo.
Heriberto, un joven que le agradece a Santo Domingo de Guzmán haberle salvado la vida después de un accidente de motocicleta hace seis años, acudió a la procesión en espera de que haga el mismo "milagro" por su país. "A mí 'Minguito' me salvó la vida, por eso vengo siempre a darle las gracias. Ahora quiero pedirle que salve a Nicaragua, que tanto lo necesita", dijo Heriberto cuando la procesión llegó, bajo un breve aguacero, a la rotonda de Cristo Rey, a siete kilómetros del punto de partida, donde abundan los puestos de cerveza, aguardiente y ron.
Los nicaragüenses le rezan a la imagen del santo, de unos 20 cm de altura y al que consideran que concede milagros, para pedir favores relacionados muchas veces con la salud de algún familiar. La imagen del santo se baja cada 1 de agosto en procesión desde el Santuario Las Sierritas, al sur de la capital, y continúa su recorrido hasta llegar a una iglesia al norte de Managua, donde permanece 10 días.
Pero la crisis política que azota a Nicaragua trajo cambios en la festividad, tras los enfrentamientos de las autoridades con la iglesia, cuando fuerzas paramilitares agredieron a sacerdotes e irrumpieron por la fuerza en templos para sacar a manifestantes opositores que entraron a buscar refugio. "Les invitamos a unirnos en oración por nuestra nación y de manera especial por las víctimas y sus familias de esta crisis que estamos viviendo", dijo en un comunicado el presbítero Boanerges Carballo, párroco de Las Sierras.
Debido a las tensiones entre la iglesia y el gobierno había temor de que la policía no diera resguardo, pero ello no impidió que los pobladores llegaran a agradecerle al santo por los favores recibidos. "Nuestra familia siempre ha estado aquí en tradición, es una promesa que tenemos por mi hermanita. Ella tenía una enfermedad y gracias a santo Dominguito y a Dios nos ayudaron a curarla", dijo Lucía Galán en la procesión.
La fiesta de este año estuvo marcada por la tensión que se vive en Nicaragua desde el pasado 18 de abril, cuando estudiantes tomaron las calles para protestar por una reforma a la seguridad social. La violenta represión de las manifestaciones las convirtió en un clamor nacional por la salida del presidente Daniel Ortega. Desde entonces, la violencia ha dejado más de 300 muertos, según organismos de derechos humanos, aunque el presidente ha dicho que los fallecidos en los disturbios son 195.
"Vaquitas", "diablitos", "inditas", "caciques" y otros personajes que acompañan la procesión bailaban y oraban alrededor de la imagen mientras sonaban las campanas y se agitaban pañuelos blancos en saludo al patrono capitalino. La Iglesia católica accedió a realizar la procesión centenaria, que se caracteriza por el bullucio y la alegría, bajo el lema "con Santo Domingo de Guzmán peregrinamos con Esperanza", en alusión a la situación política en el país.
"Venimos con devoción, con fe para pagar nuestros milagros, para que vivamos en paz y en tranquilidad", dijo a la AFP Rafael Quintanilla, quien marchó acompañado de su familia. Con más de 100 días de inestabilidad, Ortega proclamó la noche del martes que ha logrado recuperar la paz, tras derrotar "al terrorismo", como califica a las manifestaciones de opositores.