A pocas horas de las elecciones presidenciales en Francia, aún son muchos los electores que están indecisos, y el atentado cometido en los Campos Elíseos de París no parece influir en su voto.
Al cabo de una campaña que no se pareció a ninguna otra -con la eliminación sorpresa de varios favoritos y la irrupción de candidatos inesperados- "es difícil elegir", suspira Mathilde Rougier, empleada de un supermercado de Lyon (centro este) que a sus 20 años votará por primera vez.
En Toulouse (suroeste), un comerciante de 67 años que sólo da sus iniciales, "MR", se presenta como "un verdadero indeciso". "Y es la primera vez", añade. "No hay ningún líder carismático que se desmarque", subraya.
¿El joven candidato Emmanuel Macron, de 39 años y nunca antes elegido, con un programa que no es "ni de derecha ni de izquierda"? ¿Marine Le Pen, cuyo partido de extrema derecha nunca ha estado tan arriba en los sondeos? ¿Jean-Luc Mélenchon "insumiso" y líder de la izquierda radical? O François Fillon, el candidato de la derecha admirador de Margaret Thatcher, atrapado en un escándalo de supuestos empleos ficticios.
Tales son los cuatro principales candidatos codo a codo en las encuestas y un verdadero dilema para muchos. Entre un tercio y un cuarto de los electores aún no han tomado una decisión, casi los mismos que ni siquiera están seguros de ir a votar.
Europa, empleo, educación, ecología: los programas se desmarcan claramente unos de los otros. Sin embargo, algunos dudan entre opciones políticas radicalmente diferentes.Así, el corazón de "MR" vacila entre Macron, el liberal y europeísta, y Mélenchon, que propone la ruptura con los tratados europeos, pero "sobre todo no (François) Fillon". "Con los escándalos que tiene, no vale la pena", dice. "Todos me decepcionan", resume Ghislaine Pinçont, de 73 años, jubilada de Lille (norte).
"En el peor de los casos, votaré en blanco o nulo pero (...) el ataque en los Campos Elíseos no tendrá ningún impacto en mi decisión", dice después del tiroteo ocurrido el jueves en la emblemática avenida parisina que le costó la vida a un policía.
Julie Varin, de 40 años, que vive en un pequeño pueblo del Jura (centro este), depositará su papeleta "por respeto a la democracia, por todos los países donde no hay derecho de voto".
El "programa global, la experiencia" de los candidatos determinarán la decisión de esta profesora. No la amenaza terrorista: "es algo que empieza a ser cotidiano, desgraciadamente, pero no me siento insegura porque no estoy en París".Muchos electores de izquierda confiesan estar divididos entre un apoyo de "corazón" al candidato socialista Benoît Hamon, distanciado en las encuestas, y un "voto útil" a favor de un candidato mejor situado.
Como Jeanne Siècle, de 19 años, estudiante en comercio internacional, a la que le "gusta" el programa de Hamon. "Pero en los sondeos no está bastante arriba y tiene pocas posibilidades de pasar a la segunda vuelta". Al mismo tiempo, dice sentirse seducida por "las ideas y el personaje" de Emmanuel Macron, mejor posicionado.
Aunque "me inclino por Hamon", explica Monique Camus, jubilada de 66 años, que hace su compra en un popular mercado de Lille, "me pregunto si haré un movimiento táctico votando a Macron para evitar a toda costa una segunda vuelta entre Fillon y Le Pen...", la derecha contra la extrema derecha.
El deseo de bloquear a los extremos motiva a muchos indecisos. Aude Rémy, de 43 años, empleado en logística industrial en Lyon, ha hecho una preselección: "Ya he eliminado a algunos candidatos: todos los extremos, todos los pequeños candidatos un poco excéntricos". Pase lo que pase, su elección "no será una decisión de corazón".Lisa Jibaud, estudiante de Toulouse de 18 años, que vota por primera vez, confiesa estar perdida. "He excluido a los extremos, de izquierda y de derecha", explica, y ahora, y ahora, "voy a pedir una opinión a mis padres".