La Organización de Estados Americanos concluyó este jueves una disputada sesión sobre el estado de la democracia en Venezuela, pero dejó abierto el debate sobre la aplicación de medidas al país suramericano envuelto en una profunda crisis económica y política.
En una reunión extraordinaria, el Consejo Permanente del foro regional autorizó al secretario general, Luis Almagro, a presentar un demoledor informe en el que afirmó que Venezuela atraviesa "una grave alteración del orden constitucional" y democrático. "Estamos aquí para apoyar a un Estado miembro y ayudarlo a volver al camino de la democracia", dijo el excanciller uruguayo ante el pleno de embajadores de los 34 países miembros.
"El objetivo de la sesión de hoy no es castigar ni sancionar a Venezuela", añadió. Pero las casi cuatro horas de debates concluyeron sin una medida concreta a seguir o una decisión sobre la aplicación a Venezuela de la Carta Democrática, un documento que faculta a la OEA a intervenir en casos de alteración del orden institucional en un país miembro.
Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo y la mayoría de sus productos básicos escasean. Además es uno de los países con la mayor tasa de homicidios.
En las últimas semanas, se han registrado protestas e intentos de saqueo casi a diario en Venezuela y la gente pasa horas haciendo filas en supermercados y farmacias.
"Esa crisis está alcanzando un punto crucial", dijo Almagro, advirtiendo que la situación para la población "ha pasado de ser desesperada" y que el país "está en un estado perpetuo de lucha civil".
Tras la sesión del Consejo Permanente, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, advirtió que mantendrá su línea de gobierno "por muchas amenazas que hagan" en la OEA."Con OEA o sin OEA, Venezuela continúa", agregó Maduro a la televisión oficial venezolana desde La Habana, donde asistió a la firma del acuerdo de cese al fuego definitivo entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC.
Mientras tanto, la oposición venezolana recoge firmas para impulsar la realización este año de un referendo para revocar el mandato de Maduro (2013-2019).
"El Consejo Permanente debe mantenerse del lado correcto de la historia y defender a un pueblo que necesita voz", dijo Almagro ante el pleno de embajadores, en Washington. Los países deben "apoyar la voluntad del pueblo venezolano en su solicitud de un referendo revocatorio", añadió.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, había intentado sin éxito cancelar la reunión, denunciando un "golpe de Estado en esta organización" y tachando a Almagro de ser "parte y juez" de un proceso contra el gobierno de Maduro.
Pero 20 países, entre ellos Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Panamá, Paraguay, entre otros, votaron a favor de escuchar el informe de Almagro.
Venezuela y sus aliados Bolivia y Nicaragua, lideraron a los 12 países que se opusieron. Otros dos se abstuvieron.
Canadá elogió la Carta Democrática como "una herramienta clave" de la OEA, pero ningún país se expresó abiertamente a favor de aplicar ese instrumento a la situación venezolana.
"El asunto venezolano está ahora vivo en la OEA, pero desafortunadamente podría necesitar una tragedia aun mayor de la que ya hemos visto para que los gobiernos superen su indiferencia y actúen de manera más enérgica", dijo a la AFP Michael Shifter, experto para América Latina del Inter-American Dialogue, un centro de análisis en Washington.
Para Shifter "hay mucha preocupación por el deterioro de las condiciones, pero no mucho apetito para seguir el llamado de Almagro para incrementar la presión sobre asuntos de derechos humanos y democracia"."Almagro está prácticamente solo", apuntó.
La canciller venezolana tachó el informe de Almagro como un "adefesio ideológico, jurídico y político", acusando al secretario general de desconocer al gobierno de Maduro y confeccionar una "artimaña mediática para vender una Venezuela que no existe".
"Venezuela está siendo juzgada como en la Inquisición y algunos países se dan banquete", reclamó Rodríguez, señalando que la OEA ha "sentado un precedente terrible", dijo la canciller Rodríguez.
Venezuela elevó su ristra de choques con Almagro al solicitar la renuncia del secretario general, un año después de asumir el cargo con el consenso de todos los países. Bolivia y Nicaragua apoyaron el pedido.
Esta sesión es la segunda en la OEA esta semana sobre la situación venezolana, luego que el martes el ex presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero tomó la palabra para llamar a los países del continente a apoyar una mediación entre gobierno y oposición en Venezuela que impulsa junto con otros dos exgobernantes.
El presidente del Parlamento venezolano, el antichavista Henry Ramos Allup, reclamó un triunfo en los esfuerzos por aplicar la Carta Democrática a Venezuela.
La "engreída diplomacia venezolana ha sufrido una gran derrota hoy", dijo Ramos Allup a periodistas en Washington tras la reunión.
Almagro había recomendado en su informe la intervención de Allup en la sesión, pero la presentación del diputado venezolano nunca fue planteada en el debate y no habló ante el Consejo.