El presidente estadounidense, Barack Obama, hará este miércoles 4 de enero un viaje breve, pero muy cargado políticamente, de la Casa Blanca al Capitolio para pedir a legisladores afines que defiendan su reforma sanitaria.
El impulso de ocho años de Obama para ampliar la cobertura médica a decenas de millones de estadounidenses se verá bajo asalto cuando el presidente electo, Donald Trump, asuma su poder el 20 de enero con mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso.
En una medida preventiva, el presidente saliente se reunirá con senadores y representantes demócratas “principalmente para discutir cómo contraargumentar el manifiesto objetivo republicano de derogar la Affordable Care Act”, conocida como Obamacare, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
El poco habitual peregrinaje político de Obama coincide con la visita al Congreso del vicepresdiente electo Mike Pence. “Estamos centrados en derogar y remplazar Obamacare”, dijo Pence el martes. “Buscamos una legislación que nos dé las herramientas para reducir la avalancha de papeleo y regulación que han estado asfixiando los empleos estadounidenses”.
Sin embargo, mientras la oposición republicana al Obamacare está clara, su fórmula para arreglarla no lo está tanto. La Casa Blanca apuesta que los votantes estadounidenses reaccionarán con furia si Trump retira millones de coberturas médicas sin una alternativa viable.
“No me sorprende que haya algunos republicanos que estén un poco mareados acerca del alcance del impacto que podría tener en sus partidarios la derogación de Obamacare”, dijo Earnest.