El huracán Otto perdió fuerza el jueves por la tarde mientras cruzaba el sur de Nicaragua y se convirtió en huracán categoría 1. Tanto este país como el norte de Costa Rica se mantenían en alerta, aunque la previsión era que seguiría debilitándose.
Según el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Otto tocó tierra como categoría 2 el mediodía del jueves en la costa nicaragüense cerca de la ciudad de San Juan del Sur con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora (110 millas por hora), pero posteriormente se fue debilitando y al caer la noche los vientos eran de 120 kilómetros por hora (75pmph).
No obstante, se mantenía el peligro de que pudiera provocar lluvias fuertes e inundaciones. Los primeros reportes de las autoridades nicaragüenses y costarricenses hablaban de daños materiales en viviendas, pero no de víctimas.
El director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres, Guillermo González, indicó que Otto no había dejado grandes daños y que las lluvias "no han sido extraordinarias hasta el momento".
Lumberto Campbell, delegado del gobierno para la emergencia, había informado horas antes en daños en casas que estaban en zonas vulnerables.
El Centro de Huracanes preveía que Otto continuaría perdiendo fuerza durante la noche y saldría por el Pacífico el viernes temprano, ya convertido en tormenta tropical.Las intensas lluvias que acompañan al meteoro causaron tres muertes en Panamá.
Nicaragua decretó emergencia nacional en previsión de los efectos no solo del huracán sino también por el temblor de 7 grados que, aunque sin daños reportados de forma inmediata, sacudió Centroamérica el jueves por la tarde. El sismo tuvo su epicentro en el Pacífico frente a las costas de El Salvador.
La portavoz del gobierno nicaragüense, Rosario Murillo, dijo que una mujer de 57 años murió en San Juan del Sur de un infarto después del temblor y cuando se emitió la alerta por tsunami que fue desactivada horas después.
Nicaragua cerró todas las escuelas y el gobierno había previsto evacuar a más de 10 mil personas, sobre todo de la zona cercana a la localidad de Bluefields, en la costa caribeña, que se encuentran en zonas muy bajas que corrían el peligro de verse afectadas por la subida de la marea.
Cleveland Rolando Webster, alcalde del archipiélago de Corn Island, islas turísticas situadas frente a Bluefields, dijo en entrevista con medios oficiales que Otto había dejado olas de tres metros y medio y daños en casas, pero las familias afectadas se encontraban bien y en refugios. "Hay mucha lluvia, el mar está bravo y con el viento muy fuerte.
Hemos estado toda la noche peligrando, con frío y mojándonos", declaró, por su parte, Alicia Lampson, de 21 años al llegar a un albergue junto con otro grupo desde la cercana población de Monkey Point, al sur de Bluefields.
Rosario Murillo indicó que las autoridades continúan con la evacuación de las zonas más afectadas "porque después del paso del huracán vienen las lluvias intensas y con los suelos saturados, siempre hay gran riesgo por la crecida de los ríos".
Las regiones con más peligro eran las zonas bajas del Caribe sur, Río San Juan, Zelaya Central, Chontales, Boaco, Rivas y Granada, pero el gobierno extendió la alerta roja a áreas del centro del país. En Costa Rica, el gobierno declaró el alerta en todo su territorio por un periodo de 48 horas.
La tarde del jueves, la Comisión de Emergencias costarricense indicó que hay 231 comunidades afectadas en la zona del centro norte del país, junto a la frontera nicaragüense, de las cuales 23 se encontraban aisladas por daños en carreteras.
La misma comisión cifró en 933 las personas que han buscado refugio en albergues. El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, advirtió que las evacuaciones en las zonas de más alto riesgo eran obligatorias y la policía tenía orden de sacar a las personas de esos lugares.
La Comisión Nacional de Emergencias costarricense habilitó 16 albergues para que se refugien mil 335 personas en distintos puntos de la costa Caribe, el Pacífico Sur y la zona central del país.
El presidente de la Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica, Iván Brenes, pidió a la población que deje las acciones de rescate en manos de personal especializado. Las fuertes lluvias ocasionadas por este fenómeno mantienen cerradas algunas de las principales carreteras del país y las clases han sido suspendidas.
El presidente Solís dijo que Otto podría dañar los cafetales y otros cultivos clave en Costa Rica. Nicaragua teme también las repercusiones para los agricultores ya que los cultivos de café están casi listos para su cosecha.
Otto podría poner "en riesgo la seguridad alimentaria de los pequeños granjeros que dependen del maíz, frijol, cacao, miel, café y ganado para sobrevivir", dijo Jennifer Zapata, directora regional de Heifer Internacional, un grupo estadounidense que lucha contra la pobreza.