Durante la sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada ayer lunes, el embajador panameño ante esta organización, Jorge Miranda, se abstuvo de votar a favor o en contra de la iniciativa que buscaba lograr la aprobación de una convocatoria para llevar a cabo una cumbre extraordinaria de cancilleres.
Con la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores, solicitada por Colombia, se analizaría la crisis fronteriza entre Venezuela y Colombia, por la deportación de miles de colombianos por orden del gobierno de Nicolás Maduro.
Panamá, en quien Colombia confiaba, se abstuvo y se ofreció a intervenir como mediador para resolver la crisis, y se postuló para albergar una eventual cumbre entre Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro.
Al principio Panamá se mostró a favor de la reunión en la OEA, pero decidió abstenerse para defender su propuesta de servir como mediador en la crisis de Venezuela y Colombia.
María Ángela Holguín, canciller colombiana, ofreció una conferencia de prensa ayer una vez se conoció el resultado de esta votación.
"Estábamos contando con el voto de Panamá, que es un país amigo, un país cercano, un país con el que tenemos la mejor relación, que tomó la decisión de abstenerse para poder ser mediador en una posible reunión entre el presidente Maduro y el presidente Santos, ese era un voto importante”.
Sobre la posibilidad de que el voto panameño tuviera que ver con una mala jugada del país... que puede ser intencional o mal intencionada teniendo en cuenta las últimas medidas que tomó Colombia en contra de Panamá, la canciller respondió:
“(...) fue algo que nos cayó muy de sorpresa, la canciller [Isabel de Saint Malo] los últimos días que había conversado con ella [dijo que] entendía la situación, sacaron [Panamá] un comunicado muy favorable y en el transcurso de la tarde [de ayer] al parecer tuvieron alguna conversación con el Presidente de Venezuela y creyeron que podían o creen que pueden, que podían [sic], que era mejor abstenerse para poder servir de mediadores. Digamos que nos hubiera gustado que apoyaran la decisión de una reunión, que eso no va en detrimento de una reunión bilateral más adelante”.
REACCIONA PANAMÁ
Ante esta situación, la Cancillería panameña envió por correo electrónico la posición de la canciller panameña Isabel de Saint Malo de Alvarado.
“Ante esfuerzos de acercamientos que desarrolla Panamá, una división de la OEA podría perjudicar una oportunidad real para reducir con mayor brevedad las tensiones”.
Momentos más tarde, remitieron otro correo con una versión institucional: “A Panamá le preocupa una Organización de Estados Americanos dividida y por ello optó por seguir buscando el consenso y continúa manteniendo conversaciones para propiciar un acercamiento bilateral en el corto plazo, ofreciendo al país como foro para este espacio entre mandatarios”.
VOTACIÓN
Colombia se quedó ayer a un voto de alcanzar los 18 apoyos necesarios para que la OEA convocara una reunión de cancilleres de los 34 países miembro. Con 17 votos a favor, 5 en contra, 11 abstenciones y una ausencia (Dominica), el Consejo Permanente de la OEA rechazó la propuesta colombiana.
Apoyaron la propuesta 17 países: Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Uruguay, Bahamas, Barbados, Canadá, Chile y la misión de Colombia.
Cinco naciones secundaron el rechazo a que la OEA aborde esta crisis: Ecuador, Haití, Nicaragua, Bolivia y la misión de Venezuela.
Finalmente, 11 países se abstuvieron: Granada, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Belice, Brasil y Argentina.
OTRAS REACCIONES
Antes de la votación, el embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, anunció que el Gobierno de su país no quiere abordar la crisis fronteriza con Colombia en la reunión de cancilleres.
“Mi Gobierno no es partidario de debatir este tema en la OEA por su lamentable y frustrante historia ante situaciones complejas entre los Estados miembro”.
Chaderton defendió que la crisis se resuelva de manera bilateral, a través de una reunión de los presidentes de ambas naciones, oferta que ya hizo Nicolás Maduro.
Por su parte, el embajador de Colombia ante la OEA, Andrés González, dijo que seguirá trabajando para dar “nuevos elementos” de valoración a los países que se han abstenido, porque su país considera que la crisis fronteriza debe abordarse en la OEA como único foro que reúne a todas las naciones del continente, salvo Cuba.
Colombia buscaba con su propuesta exponer ante los ministros de Exteriores la crisis humanitaria desatada por la deportación de más de un millar de sus ciudadanos que vivían en el estado venezolano de Táchira, además de los 7 mil 162 que habrían abandonado el país voluntariamente, según cifras ofrecidas por Bogotá.
La crisis arrancó cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre de un tramo de la frontera entre Colombia y Venezuela con el argumento de combatir el contrabando y a supuestos paramilitares.