El papa Francisco “se conectó” con miles de jóvenes chilenos y les pidió que ayuden a la iglesia a tener un rostro joven y no de abuela. A pesar de haber esperado al pontífice durante horas bajo el sol, miles de chicos parecieron haberse retirado contentos tras el encuentro que ocurrió en el Templo Votivo de Maipú en Santiago.
Ahí el pontífice los exhortó a interpelar a la iglesia, a hacer llegar sus opiniones y desarrolló un intercambio con ellos en el que trató de utilizar analogías tecnológicas para interesarlos en la religión. A modo de anécdota, Francisco dijo que en una ocasión preguntó a un joven qué es lo peor que le podía pasar y éste respondió que quedarse sin batería en el celular o perder la señal de Internet, porque se desconecta del mundo.
Según el papa, esto le hizo pensar que hay momentos en los que “perder la conexión” provoca que “nos gane el mal humor y nos volvemos descreídos, tristes, sin fuerza, y todo lo empezamos a ver mal”. Francisco aseguró a los jóvenes que reconectarse es simple y les enseñó una frase a modo de “contraseña” que era utilizada por el santo chileno Alberto Hurtado, quien se preguntaba “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, y los instó a grabarla en sus celulares.
Contrario a lo que se creía, el encuentro estuvo exento de temas valóricos, como el aborto. Al concluir la ceremonia, el Papa rezó el comienzo del Padre Nuestro y regaló un rosario de oro a la imagen de la Virgen del Carmen.
#PapaFrancisco a los #jóvenes chilenos: "La Virgen los acompaña para que sean protagonistas del #Chile que quieren en sus corazones" #FranciscoenChile pic.twitter.com/RuAmyikBwo
Por la mañana Francisco escuchó con atención a varios mapuches antes de iniciar su segunda misa masiva en Temuco, 700 kilómetros al sur de Santiago. Uno de ellos, Carlos Reinao, le dijo: “se nos prometió una mejor vida, una mejor relación con el pueblo mapuche y eso no ha ocurrido".
A la ceremonia liderada por el pontífice acudieron los mapuches para expresar su punto de vista sobre el conflicto que mantienen con el Estado. En la Araucanía reside la mayor parte de los 700 mil mapuches del país. En su mayoría viven en la pobreza organizados en unas 2 mil comunidades que han recibido pequeñas porciones de terreno, pero unos 200 grupos reclaman las que consideran sus tierras ancestrales.
La región que visita se considera el corazón del conflicto secular de Chile con los pueblos indígenas, y varios ataques incendiarios recientes contra iglesias han sido atribuidos a facciones mapuches radicales que presionan por su causa. Sin embargo, hasta ahora nadie ha admitido ser el autor de estos ataques.
Horas después de que dos iglesias y tres helicópteros fueran incendiados, Francisco celebró la misa en una antigua base militar que no solamente se ubica en tierras mapuche disputadas, sino que también fue un antiguo centro de detención utilizado durante la dictadura militar en el país sudamericano. Dirigiéndose a unas 150 mil personas y en un momento de oración, el Papa dijo que los campos verdes y las montañas nevadas del sur de la Araucanía fueron bendecidos por Dios pero malditos por el hombre.