Papa Francisco acogerá en la residencia de Santa Marta a tres víctimas de abusos sexuales

Papa Francisco acogerá en la residencia de Santa Marta a tres víctimas de abusos sexuales


Tras haber trasladado en una carta a los obispos chilenos su “vergüenza” por las conclusiones de la investigación sobre los abusos sexuales a menores cometidos en el seno de la Iglesia en dicho país, el papa Francisco ha ido un paso más.

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Papa Francisco escribe a obispos chilenos tras informe de abusos

El pontífice se reunirá con tres víctimas de este flagelo social el último fin de semana de abril. Según confirmó a este periódico la Oficina de prensa del Vaticano, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes sufrieron abusos sexuales por parte del sacerdote Fernando Karadima, serán acogidos en la Casa de Santa Marta, donde reside habitualmente el papa, al haber renunciado a los lujos de los apartamentos pontificios.

El encuentro precederá a la reunión que tendrá en mayo con los 32 obispos de Chile, cuyo objetivo es afrontar el demoledor informe que recoge varios testimonios que acusan al obispo de Osorno, monseñor Juan Barros, de haber encubierto durante años los delitos de pederastia cometidos por Karadima.

El dossier sobre el caso fue entregado al papa hace pocas semanas por monseñor Charles Scicluna, quien viajó a Chile para entrevistarse con distintas partes de la Iglesia y con las víctimas del cura chileno.

Una vez analizado, el papa pidió perdón al reconocer que había cometido “graves equivocaciones de valoración” en el caso. Karadima era un cura bien relacionado en las altas esferas que se desempeñaba en una iglesia de la clase alta de Santiago de Chile.

Ha sido probado que violó durante años, al menos, a cuatro jóvenes de familias conservadoras, según reconoció la justicia civil y la eclesiástica. Sin embargo, sus crímenes prescribieron y nunca fue sentenciado por la vía penal. La única condena en firme que pesa sobre él es la del Vaticano.

El 16 de enero de 2011 fue declarado culpable, con la única penitencia de vivir un retiro de oración y con la prohibición expresa de ejercer su ministerio.

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