El papa Francisco oró postrado durante un servicio religioso con motivo del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro.
El pontífice de 80 años permaneció varios minutos frente al altar. Llevaba puesta vestimenta carmesí en el día que se conmemora la crucifixión de Jesús.
Varias veces durante el servicio religioso, el papa Francisco inclinó su cabeza en una reflexión silenciosa.
El predicador papal, Raniero Cantalamessa, dijo a los fieles que con la jornada se recordaba la "muerte violenta" de Jesús hace 2 mil años, aun cuando a diario se escuchan noticias de decesos violentos, porque la crucifixión de Cristo "cambió para siempre el rostro mismo de la muerte".
Cantalamessa describió la cruz como un tajante "no de Dios frente a la violencia, la injusticia, el odio, las mentiras".
El papa Francisco tenía previsto ofrecer su homilía en el lugar donde se efectúa la tradicional procesión del Vía Crucis por el antiguo Coliseo en Roma.
