El papa Francisco volvió a encontrarse con fieles de Panamá. Cinco meses después de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), recibió en la sala del consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano, a un grupo de peregrinos provenientes de distintas parroquias del país.
"Estoy muy agradecido por lo que vi: un pueblo noble, lo repito. Y la nobleza no se compra, se engendra, se hereda, se respira, se vive. Sos noble o no sos noble. Un certificado no te da la nobleza. Yo encontré un país noble", aseguró en un discurso completamente improvisado.
El papa Francisco también hizo hincapié en que en Panamá, si bien "el protocolo pesa", también "tiene la necesidad de ser popular".
Así, recordó que durante su estancia en el istmo vio a "autoridades como el presidente, en jean y camiseta (...) andando con toda la gente, ahí metido, como uno más" y también a "los obispos metidos hasta acá, con el pueblo y los curas…". "Eso es nobleza, es nobleza de pueblo, es respetar al pueblo, amar al pueblo", reconoció.
CRUZADA CONTRA LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
El pontífice advirtió que América Latina está "muy amenazada" con "cosas" que tienden a "romper" esta nobleza.
A continuación instó a no dejar entrar "las colonizaciones ideológicas" porque −según apuntó− "son las que matan la nobleza".
Esta semana, el Vaticano dejó por primera vez constancia por escrito de su condena frontal a las llamadas teorías de género.
En un texto emitido por la Santa Sede, titulado Varón y mujer los creó, sin valor doctrinal, pero dirigido a la comunidad educativa, advirtió de una supuesta “emergencia educativa en lo que concierne a temas de afectividad y sexualidad" que ha generado un concepto confuso de libertad que busca "aniquilar la naturaleza" a través de conceptos ideológicos y no científicos.
"Con esta actitud, la identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la 'liquidez' y la 'fluidez' posmodernas: fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual", dice el texto de 31 páginas.
Su publicación provocó una tormenta de críticas por parte de grupos de defensores de los derechos LGTBIQ, que justo se encontraban celebrando en todo el mundo el mes del Orgullo Gay.
En su alocución, el papa agradeció a los presentes "por todo el trabajo hecho, hasta minucioso" y por "la delicadeza de hacer una mini juventud para los chicos". "Eso solamente un alma noble lo piensa, un pueblo noble", celebró.
El pontífice reivindicó "el diálogo intergeneracional" entre los jóvenes y los ancianos como un puente para recuperar "las raíces" y "la memoria".
Sin embargo, advirtió de que no hay que hacer uso de las raíces "para esconderse" porque −a su juicio− "eso hacen los integristas".
En este sentido, les instó a tomar "la savia de las raíces para que crezcan y florezcan".
Asimismo, aludió a los dos encuentros previos a la JMJ con los afroamericanos y con los indígenas. "Eso es genial, es decir: No, nuestro pueblo no empezó de acá; no, nuestro pueblo tiene raíces también que tienen que ser integradas. Esa capacidad de integrar es también una de las cosas de la nobleza. Yo quedé muy contento en Panamá, quedé muy contento. Se respiraba normalidad, ternura, una cosa muy bella", dijo. Y finalmente se despidió diciendo: "prepárense, seguramente… un sucesor mío convocará de aquí a 150 años otra JMJ, ¡no hay problema!".
Papa Francisco reitera que Panamá es un 'pueblo noble'; pide que se defienda de 'las colonizaciones ideológicas'
13 jun 2019 - 01:45 PM