El papa Francisco clamó este domingo por que los mexicanos hagan de su país una tierra de oportunidades donde “no haya necesidad de emigrar para soñar” y donde no hay riesgo de caer en manos de los “traficantes de la muerte”. En una homilía pronunciada ante 300 mil fieles en el violento suburbio capitalino de Ecatepec, Francisco invitó a “hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar”. Hablando en una ciudad golpeada por la violencia, especialmente contra migrantes y mujeres, el pontífice pidió hacer de México “una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”.
El mensaje papal se produjo al final de su misa masiva en Ecatepec, situada en una zona que es paso de emigrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos. Poco antes, advirtió sobre las tentaciones del demonio de buscar el dinero, la fama y el poder. “Hermanas y hermanos, metámoslo en la cabeza, con el demonio no se dialoga, no se puede dialogar porque nos va ganar siempre. Solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”, expresó el prelado argentino, al reconocer que “sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder”.
Un día antes, el papa presionó a líderes políticos y obispos a combatir la violencia derivada del narcotráfico. Muchos feligreses durmieron bajo improvisadas casas de campaña hechas con trozos de plástico y cartón, soportando temperaturas hasta de cero grados, para asegurar un lugar en la misa. “Nosotros confiamos en Dios y tenemos fe, por algo viene el papa” a Ecatepec, dijo Luz María Osorio Cruz, una vecina de 60 años, que desafío la inseguridad de la zona durmiendo en la calle para poder entrar a la misa. La ciudad de 1.6 millones de habitantes forma parte del estado de México, una región que se volvió lúgubremente famosa por las alarmantes cifras de desapariciones de mujeres y los hallazgos de muchos de sus cuerpos desmembrados flotando en el Río de los Remedios, a unos 20 kilómetros de la sede de la misa de este domingo.