“El mundo está en guerra, pero la que estamos viviendo no es una guerra de religión”. Así lo aseguró el papa Francisco en conversación con los periodistas que le acompañaban en el vuelo papal que le llevó a Cracovia, Polonia, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
“La palabra que se repite mucho es ‘seguridad’, pero la verdadera palabra es ‘guerra’. El mundo está en guerra, guerra en pedazos. Hubo la de 1914, con sus métodos, luego la de 1939-45, y ahora esta”, dijo Jorge Mario Bergoglio después de que el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, le pidiera que hiciera un comentario sobre el asesinato este martes del sacerdote francés Jacques Hamel, de 84 años.
“No es tanto orgánica, pero sí organizada. Pero es guerra. Este santo sacerdote, que murió justamente en el momento en el que ofrecía la oración por la paz. Él es uno, pero cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños... Pensemos en Nigeria, por ejemplo. Decimos: ‘¡Pero esa es África! Es guerra’. Nosotros –continuó–, no tenemos miedo de decir estas verdades, el mundo está en guerra, porque ha perdido la paz”, reflexionó el papa Francisco, según apuntan medios locales.
Precisamente la “XXXI Jornada Mundial de la Juventud” se inauguró ayer con una misa en la que el cardenal polaco Stanislaw Dziwisz recordó a las víctimas de los últimos ataques terroristas. La visita del papa a Polonia estará fuertemente marcada por la seguridad. El despliegue policial previsto por el Gobierno polaco cuenta con 20 mil policías y varios helicópteros que sobrevuelan continuamente la ciudad, además de rayos X portátiles, detectores de metales y perros entrenados para la detección de explosivos.
El papa Francisco advirtió casi desde el principio de su pontificado de “la tercera guerra mundial” que se desarrolla “a pedazos” y siempre tendió la mano del diálogo a los líderes de otras religiones instándoles a rechazar la violencia del terror y a tomar un papel fundamental en la batalla al fanatismo de índole.
El papa tendrá un encuentro con los obispos de Polonia en la Catedral de Wawel, en el centro de Cracovia, y después hará una oración silenciosa ante la tumba de san Estanislao, donde también se encuentran las reliquias de san Juan Pablo II.
