La oposición venezolana trajo el martes a la Casa Blanca sus argumentos sobre la urgencia de remover del poder a Nicolás Maduro.
El vicepresidente Mike Pence recibió a Carlos Vecchio, encargado de negocios de la embajada venezolana recientemente designado por el presidente encargado Juan Guaidó.
A su salida del encuentro, Vecchio dijo a los periodistas que sus prioridades consisten en identificar y proteger los activos de la república para “que no sean saqueados por la dictadura de Maduro” y coordinar el envío de ayuda humanitaria a su país.
“En las próximas horas estaremos anunciando cómo sale la ayuda humanitaria, cuándo llega y de qué se trata”, indicó.
Maduro ha rehusado aceptar ayuda internacional pese a la escasez aguda de medicinas y alimentos que ha llevado a al menos tres millones de venezolanos a emigrar. No obstante, Vecchio dijo estar confiado de que “cuando esas medicinas y esa comida llegue allí nuestros militares van a facilitar la entrada. No tengo duda”.
Vecchio relató haberle planteado a Pence la posibilidad de que el gobierno de Maduro ordene la detención de Guaidó y la represión a manifestaciones callejeras, que según la ONU han dejado al menos 40 muertos desde la semana pasada.
“Si ellos se atreven a avanzar mucho más en esa represión, estoy convencido que nuestro pueblo va a responder para producir este cambio”, dijo.
La Casa Blanca dijo en un comunicado que durante la reunión “conversaron sobre sanciones, y subrayaron que privan a Maduro y sus secuaces de acceso a dinero mal habido, y a preservar la riqueza del pueblo de Venezuela”.
Al encuentro también asistieron el enviado especial estadounidense a Venezuela, Elliot Abrams, y el asesor presidencial de seguridad nacional en América Latina Mauricio Claver-Clarone.
La delegación venezolana incluyó al expresidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, horas después de su designación como embajador ante el Grupo de Lima.
La reunión se llevó a cabo un día después de que el gobierno del presidente Donald Trump sancionara a la empresa petrolera de Venezuela PDVSA, intensificando la presión a Maduro para que ceda el poder a la oposición respaldada por Estados Unidos en la nación sudamericana rica en petróleo.
Maduro rompió lazos diplomáticos con Estados Unidos la semana pasada cuando Trump reconoció a Guaidó como el presidente interino de Venezuela. Sin embargo, después anunció el inicio de negociaciones para establecer una oficina de Representación de Intereses Oficiales entre los dos países.
Guaidó es presidente de la Asamblea Nacional, donde la oposición es mayoría.
Vecchio y su acompañante culminaron la jornada reuniéndose con nueve congresistas de ambos partidos.
El republicano por Florida, Mario Díaz-Balart, cubano-estadounidense en cuya oficina tuvo lugar la reunión, dijo que es “un momento en el que por fin se ve que la libertad (en Venezuela) está avanzando”.
El demócrata por Florida, Darren Soto, de ancestros puertorriqueños, señaló que ambos partidos “apoyamos la sanciones y el reconocimiento a Guaidó. Mantenga la lucha, la esperanza y la protesta”.
Antes de ver a Pence, los opositores venezolanos visitaron a la subsecretaria de Estado para América Latina, Kimberly Breier.