Periodistas de Nicaragua se manifestaron este lunes 30 de julio para exigir a las autoridades el cese de agresiones contra el gremio, en medio de la violencia que envuelve al país y deja más de 300 muertos.
Los comunicadores se plantaron en la rotonda El Periodista, en el oeste de Managua, para denunciar la muerte del comunicador Angel Gahona, así como las agresiones físicas, amenazas, robos, daño a los equipos de trabajo y capturas contra integrantes de su gremio. "Somos periodistas, no somos terroristas", "no más agresión" gritaban los comunicadores mientras conductores que pasaban por el lugar sonaban bocinas en apoyo a sus reclamos.
La manifestación se produjo después que el fin de semana dos corresponsales de Canal 10 de Jinotega (norte) y Granada (sur) fueron objeto de arresto arbitrario mientras cubrían manifestaciones opositoras de apoyo a la Iglesia católica.
Al menos una decena de reporteros de ciudades del interior han denunciado en redes y medios nacionales agresiones física, amenazas o capturas por realizar su labor periodística.
"La represión se está intensificando" contra los periodistas y aunque "estamos expuestos a esta represión, no quiere decir que tengamos que tolerarlo", dijo a la AFP el comunicador y catedrático Guillermo Cortés.
La periodista Adelaide Moncada, vocera de un organismo de derechos humanos, denunció que su casa fue atacada con disparos de morteros por grupos afines al gobierno, mientras ella y su familia han sido amenazados.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humamos (Cenidh) solicitó medidas cautelares para periodistas y medios que han recibido amenazas durante las protestas antigubernamentales iniciadas el 18 de abril. Los comunicadores, en estos 100 días de protestas antigubernamentales, "han corrido riesgos, incluso con su propia vida" como fue el caso de Gahona, quien murió el pasado 21 de abril de un disparo en la cabeza mientras transmitía en vivo una protesta en la ciudad caribeña de Bluefields, dijo Gonzalo Carrión de Cenidh.
Para el gobierno "todos los que han alzado la voz se convierten en blanco de ataque (...) la dictadura quiere aplastar totalmente cualquier expresión de libertad", dijo Carrión.