El estadounidense nacido en Afganistán, detenido por su conexión con las explosiones en Nueva York y Nueva Jersey, fue acusado la noche del lunes de intento de asesinato luego de un tiroteo con la policía en el que resultó herido.
Ahmad Khan Rahami, de 28 años fue detenido en Linden, Nueva Jersey, tras un enfrentamiento con la policía.
Por estos hechos, Rahami fue acusado la noche del lunes de los delitos de intento de homicidio contra policías y posesión de arma de fuego, según informaron los medios estadounidenses.
Unas imágenes de ABC mostraron al sospechoso con una venda en su brazo derecho y moviendo la cabeza hacia los lados, con sus ojos abiertos y su torso parcialmente cubierto por una frazada, al ser introducido en una ambulancia. Según un responsable local, Rahami fue operado después de resultar herido "al menos en una pierna".
Las autoridades dijeron que no están buscando a otros sospechosos en conexión con los ataques y que no tienen razones para pensar que haya una célula terrorista activa en la región. "No tenemos ninguna indicación de que haya una célula operativa en el área o en la ciudad", dijo el subdirector de la oficina del FBI en Nueva York, Bill Sweeney, en una conferencia de prensa.
"No hay otro individuo que estemos buscando en este momento", concordó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Sin embargo, "tenemos todas las razones para crear que éste fue un acto de terrorismo", dijo el alcalde.
Chris Bollwage, el alcalde de la ciudad de Elizabeth (Nueva Jersey), donde vivía Rahami, señaló que "el sospechoso no estaba en el radar de los cuerpos policiales locales".
A las explosiones en Chelsea, Manhattan, y Nueva Jersey, se sumó un ataque con arma blanca en Minnesota, en el que un estadounidense de origen somalí de 22 años apuñaló a nueve personas haciendo "referencias a Alá".
El presidente Barack Obama, quien se encuentra en Nueva York para la Asamblea General de la ONU, llamó a sus compatriotas a no "sucumbir al miedo" ante los ataques y aseguró que su gobierno hará todo lo que sea necesario para hacer justicia.
Rahami trabajaba en el restaurante de sus padres, el First American Fried Chicken, según The New York Times.
Algunas informaciones sobre su pasado y sus motivos comenzaron a filtrarse, e incluso la hipótesis de la inspiración islamista empezó a ganar terreno en las últimas horas.
El diario The New York Times citaba a amigos del sospechoso que indicaron "un cambio en su comportamiento y en su práctica religiosa, después de un viaje que sospechan que hizo a Afganistán".
Hace cuatro años desapareció un tiempo, según el rotativo. Aunque las autoridades no dilucidaron aún si Rahami tiene vínculos con grupos extremistas en el exterior.
El FBI indicó que el último domicilio conocido de Rahami era Elizabeth, donde se halló un nido de explosivos en la estación de trenes, cerca del aeropuerto de Newark.
Las autoridades se inclinaban a vincular este hallazgo con los ataques de Nueva York y Nueva Jersey. "Podrían tener un vínculo común o una persona detrás de todas las explosiones", dijo el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo.
Nueva York entró en alerta completa y desplegó más de mil uniformados en aeropuertos, terminales de autobuses y estaciones del tren subterráneo, previo a la apertura el martes de la Asamblea General de la ONU.
Los ataques de Nueva York, Nueva Jersey y Minnesota tuvieron lugar en un lapso de 24 horas, planteando temores en materia de seguridad en momentos en que se libra una dura batalla electoral entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.
Quince años después de los atentados del 11 de setiembre del 2001, las autoridades subrayan que Estados Unidos es mucho más seguro para enfrentar planes terroristas originados en el extranjero, aunque es vulnerable a ataques de "lobos solitarios" internos inspirados por la propaganda del EI o de Al Qaeda.
Las explosiones de Nueva York y Nueva Jersey no fueron reivindicadas, a diferencia del ataque a cuchilladas en un centro comercial de Saint Cloud, Minnesota, que se lo atribuyó el EI.
La candidata demócrata, Hillary Clinton, y su rival republicano, Donald Trump, aprovecharon las últimas informaciones para atacarse mutuamente.
"En Minnesota, Nueva York y Nueva Jersey tuvieron lugar ataques terroristas islámicos. Estos ataques fueron posibles debido a la apertura extrema de nuestro sistema de inmigración, que no permite controlar suficientemente a los individuos que entran en nuestro país", declaró Trump ante miles de partidarios en Florida.
Por el contrario, Clinton intentó tranquilizar a los estadounidenses. "Acuérdense de que millones y millones de estadounidenses son ciudadanos naturalizados venidos de todo el mundo", dijo a la prensa. "Hay millones de estadounidenses musulmanes pacíficos que no tienen ningún problema con la ley".