El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha hecho un llamamiento para un acuerdo nacional sobre la paz y una nueva Constitución mientras las fuerzas de seguridad tenían dificultades para controlar los disturbios en el centro de Santiago el martes por la noche.
En declaraciones desde el palacio presidencial, cerca de los disturbios, Piñera pidió a las fuerzas políticas y organizaciones sociales que se uniesen en torno a la paz y la justicia social.
Piñera dijo que la situación debía terminar y que los acontecimientos perjudican el Estado de derecho así como los derechos y las libertades de todos, especialmente de los más vulnerables y de la clase media.
En las horas previas a su discurso, circulaban rumores de que el presidente podía anunciar un nuevo estado de emergencia y pedir al Ejército que saliese a las calles para restablecer el orden tras casi cuatro semanas de protestas a menudo violentas.
Al final, simplemente pidió a policías retirados que se reincorporasen y solicitó acuerdos con la oposición.
El martes en Santiago, una iglesia histórica se incendió, un hotel fue saqueado e incendiado y la Embajada argentina sufrió un ataque en uno de los peores disturbios del país desde que estalló una ola de agitación civil el 18 de octubre.
En ocasiones, gran parte del centro de la ciudad parecía haber sido abandonado a la suerte de los manifestantes.
Los incidentes siguen a un día de protestas en todo el país, algunas de las cuales terminaron en saqueos y ataques incendiarios.
El peso llegó a caer un 5%, cerrando en un nuevo mínimo histórico, mientras que la bolsa retrocedió otro 4% al mínimo en más de dos años.