El príncipe Enrique, nieto de Isabel II de Inglaterra, y su esposa, la exactriz estadounidense Meghan Markle, llegaron este martes a Fiyi, donde recibieron una acogida multitudinaria e incluso probaron el kava, una bebida local con propiedades sedantes.
Tras seis días en Australia, el duque y la duquesa de Sussex empezaron una visita de cuatro días a Fiyi y Tonga en el marco de su gira por Oceanía.
En Suva, la capital de Fiyi, el nieto de Isabel II de Inglaterra y su esposa fueron recibidos por unas 15 mil personas, muchas de ellas con banderas y fotos de la pareja real.
En Albert Park, en el centro de la ciudad, los ancianos celebraron una ceremonia ataviados con tradicionales faldas de hierba.
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Enrique recibió como regaló un diente de cachalote, llamado tabua, y que en la cultura de Fiyi es un signo de prestigio. Luego el príncipe tomó un sorbo de kava de un bol común.
Esta bebida, a base con raíces de una planta parecida al pimentero, provoca una leve parálisis en la cara y tiene un sabor de agua con barro.
Fiji, una excolonia británica, se convirtió en independiente en 1970 y tiene una población de 920 mil personas.
La llegada de la pareja real a Suva fue multitudinaria y miles de personas esperaban junto a la carretera para ver pasar a los coches. El evento fue retransmitido en directo en televisión.
El príncipe Enrique lucía medallas de cuando hizo su servicio militar y pasó revista a la guardia de honor de Fiyi, cuyos soldados llevaban el sulu, la falda tradicional del país.
Siguiendo las recomendaciones médicas, Meghan, que está embarazada, llevaba falda y mangas largas para evitar el riesgo del zika, una enfermedad transmitida por los mosquitos y que puede provocar deformidades en los recién nacidos.