La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realiza desde esta semana y hasta el 28 de octubre su 156 período ordinario de sesiones, que ha estado marcado por casos como el de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, en México, y la situación de la independencia judicial, por la cual fueron sentados los representantes de los gobiernos de Bolivia, Honduras y Argentina.
Sin embargo, este año, el asunto central de las audiencias temáticas es el problema del extractivismo y su impacto sobre los derechos humanos, tema que trajo a Panamá a Rose-Marie Belle Antoine, cabeza de la Comisión, órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) encargado de la promoción y protección de los derechos humanos en el continente.
Antoine, quien fue electa en la 41 Asamblea General de la OEA, en junio de 2011 y empezó a ejercer el cargo el 1 de enero de 2012, por un período de cuatro años, accedió a una entrevista con este medio, en la que sentó postura sobre libertad de expresión y violencia contra la mujer, y respondió a las críticas al sistema interamericano.
¿Cuál considera que es el principal problema de los derechos humanos en América Latina y el Caribe?
Aparte de ser la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, soy también la relatora especial para el tema de los pueblos indígenas y grupos afrodescendientes. El tema que me trajo a Panamá es el del impacto del turismo y las actividades extractivas sobre estos dos grupos vulnerables. Las afectaciones de los derechos humanos que causan las actividades que mencioné sobre estos grupos son importantes, y muy poco se discuten en nuestra región. Por ejemplo, cuando se afecta el medio natural de estas comunidades, se afecta su derecho al agua, a su seguridad alimentaria y al trabajo.
Gente como Donald Trump y el primer ministro británico David Cameron señalan aspectos negativos de los migrantes indocumentados. ¿Cuál es su opinión sobre este asunto?
Yo soy del Caribe, y supongo que pienso sobre la migración de forma distinta a estos señores, porque precisamente, mucha de la gente de mi parte del mundo, ha migrado o proviene de las migraciones, de forma que nosotros les hemos dado la bienvenida a mucha gente a nuestras islas. Personas de todas partes del mundo y de todos los colores han migrado hacia el Caribe. Quizás pienso como los pueblos originarios, que entienden que nuestros países están poblados por migrantes de todos los tiempos y de todas las partes. Usualmente son las personas que no tienen ascendencia europea los que enfrentan el rechazo de distintas sociedades, mientras que los europeos no tienen mayor problema migrando a donde quieran. En este tema de la migración no hay equidad para todas las personas.
Perfil
Usted es una mujer y una importante líder en materia de derechos humanos, ¿Cuál es su reacción al problema de los feminicidios en Panamá?
Si, en Panamá es alto el índice de feminicidios, pero es sumamente preocupante para toda la región. Desafortunadamente, las mujeres debemos enfrentar una seria discriminación y amenazas constantes, pero la buena noticia es que se está tomando conciencia sobre este problema. Se entiende finalmente que esto afecta a todas las clases sociales, a todas las familias, y que la violencia intrafamiliar, al igual que el acoso sexual, no son fáciles de resolver. A nivel del sistema interamericano, tenemos una relatora especial sobre los temas de género, y por supuesto, la violencia contra la mujer es uno de los grandes asuntos en que estamos trabajando dentro de la Comisión.
Existen críticos del sistema interamericano de derechos humanos, que consideran que esto es un ejemplo de imperialismo o de pensamiento eurocéntrico y que no corresponde a las realidades de todas las sociedades, ¿Cómo responde usted a estas críticas?
Pienso que el trabajo de derechos humanos tiene un enfoque particular fundamentado en los modelos anglosajones, pero esto también se aplica a la mayor parte del derecho en nuestros días. Eso no lo podemos evitar. De la forma en que funciona la Comisión, se obtiene una representación muy variada por parte de sus miembros, los cuales no opinan lo mismo. Por ejemplo, yo soy de la opinión que pasamos mucho tiempo discutiendo algunos derechos, mientras descuidamos otros como el derecho a la vida y el derecho a la salud. Estos son temas que la Comisión explora todo el tiempo. Es muy cierto que los derechos humanos corresponden a un modelo de sociedad, con lo cual no todos están de acuerdo, y eso es algo que confrontamos todo el tiempo. Todo esto es muy diferente a considerar que mis colegas y yo somos imperialistas, cuando nuestro trabajo siempre toma en cuenta el contexto de los países.
La libertad de expresión e incluso el derecho a ser un profesional del periodismo enfrentan todo el tiempo esfuerzos de parte de los gobiernos de la región, que de alguna forma buscan controlar el ejercicio de estos derechos. ¿Cuál es su opinión sobre esta amenaza a la libertad de expresión?
Mi consejo práctico, a todos los gobiernos, es que en esta época y con las tecnologías de comunicaciones que tenemos, esa no es una batalla que tengan la posibilidad de ganar. Hay quienes cuestionan las nociones liberales de la libertad de expresión, considerando que son sumamente liberales, y quienes con razón o sin ella caracterizan a los periodistas como poco objetivos o irresponsables; deben entender que el principio legal siempre debe favorecer a la libertad de expresión. Los gobiernos que intentan restringir este derecho, siempre son condenados por la comunidad internacional, y ese es el punto de vista de la práctica internacional de Derechos Humanos. Mi consejo a los presidentes y primeros ministros es que no intenten la represión, porque nunca funciona.
Usted es una académica renombrada en materia de la teoría de Derechos Humanos, y debe saber que muchas facultades de derecho y universidades mantienen un modelo de enseñanza en el cual se ve al tema de los Derechos Humanos como un tema opcional o romántico, ¿Cual es su opinión sobre esta forma de enseñanza?
Es una pregunta muy interesante, porque como sabe soy la Decana de la Facultad de Derecho de mi Universidad. Ahora, nosotros seguimos una dirección opuesta a esa realidad que usted describe. Cuando yo era estudiante, solo aquellos que eramos idealistas estudiábamos la materia de Derechos Humanos. En la actualidad, cuando me corresponde entrevistar a los nuevos profesores, se hace evidente que el tema de los Derechos Humanos es el más importante para los jóvenes académicos. Recuerdo que cuando era estudiante todos queríamos saber de Derecho Comercial para hacer dinero. Si Panamá todavía tiene Facultades de Derecho que no entienden lo importante que son las asignaturas de Derechos Humanos, tienen que cambiar. En todas partes del mundo, la enseñanza de los Derechos Humanos es un concepto central en la educación de los abogados. Incluso en asignaturas tradicionales, se empieza a explorar los aspectos vinculados a los Derechos Humanos. Por ejemplo, en el Derecho Financiero, actualmente se discuten los temas de Derechos Humanos. Así como también, en las políticas y préstamos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Probablemente todavía existen viejas formas de entender la educación de los abogados, pero eso debe superarse.
¿Ve Usted algún vínculo entre la corrupción y los Derechos Humanos?
Hay un vínculo, y muy fuerte. Quizá no ha sido explorado tan profundamente como se debe, pero cuando los funcionarios públicos son corruptos, o los empresarios también son corruptos, esta situación lleva directamente a la violación de los Derechos Humanos. Esto también es cierto en la forma inversa, cuando hay violación a los Derechos Humanos, usualmente se produce corrupción. Por eso estamos estudiando el tema del impacto de los proyectos turísticos y de extracción de los recursos naturales, sobre los Derechos Humanos. En toda la región conocemos de casos donde los funcionarios se enriquecen a costa de la venta ilegal de bienes públicos, o se aprovechan de los pueblos indígenas para beneficiar a alguna empresa. Además, si quieren aprovecharse de la tierra de los pueblos originarios, se usa a la policía para reprimirlos y sacarlos de sus terrenos, para luego transferirle el título de propiedad a otros intereses.
¿Cual es su proyecto de vida después de la CIDH?
Mi intención es dedicarme a trabajar para el Caribe y establecer una clínica de servicios legales de Derechos Humanos en mi Universidad, yo me debo al Caribe y allí seguiré trabajando.