La suspendida presidenta brasileña Dilma Rousseff dijo en una entrevista publicada el domingo que las grabaciones de audio filtradas de hombres que respaldan el juicio político a ella muestran que el esfuerzo por derrocarla tiene como fin detener una pesquisa por corrupción en la que se han visto implicados numerosos políticos y empresarios.
En declaraciones al periódico Folha de S. Paulo, Rousseff dijo que las grabaciones le dan esperanzas de regresar al puesto.
Rousseff fue suspendida anteriormente este mes a la espera de ser sometida a un juicio político en el Senado. Su vicepresidente Michel Temer, con el que ya no se lleva bien, funge como líder interino del país.
Las grabaciones de tres políticos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño parecen vincular su derrocamiento a intentos por limitar la pesquisa. Los involucrados niegan tal interpretación, y hasta ahora no hay evidencias de que la hayan detenido.
"Los diálogos muestran que la verdadera causa de mi juicio político fue un intento por obstruir la operación Lavado de Autos", dijo Rousseff, refiriéndose al nombre de las investigaciones por corrupción en la paraestatal Petrobras.
"Todo fue hecho por aquellos que pensaban que, si no se cambiaba al gobierno, el sangrado (de algunos políticos) continuaría".
Indicó que en otra de las conversaciones se mencionaba que ella permitió que las pesquisas siguieran adelante.
"Estas conversaciones demuestran lo que hemos dicho una y otra vez: Nunca interferimos. Y los que querían mi juicio político tenían ese objetivo. Yo no soy la que lo digo; son ellos".
La divulgación de las grabaciones obligó a Romero Juca, el nuevo ministro de Planeación, a solicitar licencia del puesto.
En ellas también se escucha a otros dos funcionarios destacados en el partido de Temer -el presidente del Senado Renán Calheiros y al expresidente José Sarney- criticar a la presidenta en turno, al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, a legisladores de la Corte Suprema y a empresarios.