La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció que “hay en marcha un golpe en Brasil” y pidió “que el Mercosur y la Unasur miren este proceso”, en el que podría ser destituida de su cargo, informó este sábado, 23 de abril, la televisión Globonews.
En declaraciones a la prensa desde Nueva York, donde participa en un acto de la ONU, Rousseff aseguró que podría acceder a la llamada “cláusula democrática” del Mercosur, la misma adoptada contra el Paragauay tras la destitución del presidente Fernando Lugo en 2012 a manos del Parlamento.
“Alegaré la cláusula inexorablemente (del Mercosur) si hubiera una ruptura de lo que considero un proceso democrático”, explicó la mandataria brasileña ante la prensa.
La cláusula democrática, aprobada en 2011 por los países que forman el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela), prevé varios tipos de sanción en caso de ruptura o amenaza de ruptura del orden democrático, de una violación del orden constitucional o de cualquier situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio de poder y la vigencia de los valores y principios democráticos.
Dependiendo de la gravedad del caso, las sanciones pueden incluir la suspensión del país en el bloque económico, con el cierre total o parcial de las fronteras terrestres para limitar el comercio, el tránsito aéreo y marítimo, las comunicaciones y el suministro de energía, servicios y abastecimiento.
La apertura de un proceso contra Rousseff por irregularidades fiscales en los balances de su gobierno fue aprobada el domingo pasado por el plenario de la Cámara de Diputados por 367 votos a favor y 137 en contra y ahora sólo depende de que reciba el apoyo de al menos 41 de los 81 senadores.
De ser así, la mandataria sería apartada del cargo 180 días, período en el que juzgaría las denuncias contra ella, y que sería reemplazada por el vicepresidente Michel Temer.