La VIII Cumbre de las Américas que se inaugura el viernes en Lima podría ser una de las citas con menor concurrencia de jefes de Estado desde su primera edición en 1994.
A la sorpresiva cancelación del mandatario de Estados Unidos Donald Trump, en lo que hubiera sido su primer viaje a Latinoamérica, se han sumado al menos otros cuatro presidentes.
El cubano Raúl Castro y el nicaragüense Daniel Ortega aún no han confirmado su asistencia, dijo a The Associated Press la cancillería de Perú, el país anfitrión.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, regresó a su país después de que aparecieran fotos que presuntamente mostraban los cadáveres de tres periodistas ecuatorianos secuestrados a fines de marzo en la frontera con Colombia. Y los jefes de Estado de El Salvador, Guatemala y Paraguay anunciaron en los últimos días que enviarían suplentes porque debían ocuparse de asuntos domésticos.
Por su parte, Perú retiró la invitación al presidente de Venezuela Nicolás Maduro basado en la Declaración de la Cumbre de Quebec de 2001 que expresa que la alteración del orden democrático de un Estado lo excluye de participar en la cita regional.
Maduro planea realizar una elección presidencial en mayo que ha sido cuestionada por la oposición y varios gobiernos extranjeros.
En reemplazo de Trump llegará su vicepresidente Mike Pence, quien podría presionar durante la cumbre por una respuesta más dura a lo que Estados Unidos considera el surgimiento de una dictadura en Venezuela.
Perú llega a la cumbre, cuyo tema central será la corrupción, con un nuevo presidente: Martín Vizcarra, quien asumió el poder a fines de marzo en reemplazo de Pedro Pablo Kuczynski que renunció acosado por sus nexos con la constructora brasileña Odebrecht.
Algunos observadores creen que la lista cada vez más reducida de presidentes programados para asistir podría ser indicativa de que los líderes están reduciendo la prioridad que otorgan a la cumbre.