En sus últimas horas de calma, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, se rodearon el lunes de sus asesores en sus respectivos hoteles de lujo en Singapur, separados apenas 800 metros (media milla), preparándose para una cumbre nuclear que podría definir no solo el destino de millones de personas sino también su propio futuro político.
Ambos bandos pasaron las horas previas ultimando los preparativos para la inusual cumbre, que comenzará a las 9:00 de la mañana del martes con un apretón de manos entre Trump y Kim, una imagen que seguro recorrerá el mundo a la velocidad de la luz. Los dos líderes tienen previsto reunirse cara a cara, acompañados únicamente por traductores, durante hasta dos horas antes de incorporar a sus respectivos asesores, dijo un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a revelar deliberaciones internas.
La cumbre será la primera entre un líder norcoreano y un presidente estadounidense en activo. En Singapur, la ciudad-estado insular que sirve de sede para el encuentro, la expectación era palpable. Muchas personas esperaban el lunes en unas calles inmaculadas agitando sus celulares mientras Trump se dirigía a una reunión con el primer ministro singapurense.
Funcionarios de Washington y Piongyang mantuvieron negociaciones en el hotel Ritz Carlton el lunes, en la víspera del encuentro que busca resolver el enfrentamiento provocado por el arsenal nuclear norcoreano.
Trump tuiteó el lunes por la mañana: "¡Genial estar en Singapur, la emoción está en el aire!".
Great to be in Singapore, excitement in the air!
Los dos mandatarios llegaron a Singapur el domingo y se alojan en lujosos y custodiados hoteles _ Trump en el Shangri-La Hotel y Kim en el St. Regis Hotel. Trump y el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, se reunieron durante el almuerzo el lunes. Lee ya se había visto con Kim a última hora del domingo. "El mundo entero está siguiendo esta histórica cumbre entre (Corea del Norte) y Estados Unidos”, dijo Kim a Lee a través de un intérprete.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, exdirector de la CIA, pasó la mañana preparando la cumbre con sus asesores más cercanos, según su equipo. En Singapur estará acompañado por el embajador estadounidense en Filipinas, Sung Kim, y por Michael McKinley, un diplomático de carrera a quien designó recientemente como su principal asesor.
Trump dijo que espera forjar un acuerdo histórico para que el Norte renuncie a sus armas nucleares, aunque recientemente intentó minimizar las expectativas señalando que podría necesitarse más de una reunión para esto. Piongyang enfrentó paralizantes sanciones diplomáticas y económicas a medida que avanzaba en el desarrollo de sus programas nuclear y de misiles balísticos.
Según muchos expertos, el Norte estaría a punto de poder atacar cualquier parte del territorio continental estadounidense con sus misiles nucleares, y aunque hay escepticismo acerca de que Kim vaya a entregar rápidamente esas armas, también hay esperanzas de que la diplomacia pueda sustituir a las hostilidades entre Washington y Piongyang.