Un grupo de senadores estadounidenses, de los dos principales partidos políticos, presentó este miércoles un proyecto de ley para atender la crisis en Venezuela, que incluye entre otras medidas, sanciones contra funcionarios corruptos y una millonaria ayuda humanitaria.
El proyecto de 27 páginas está conducido por el vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, el senador demócrata Ben Cardin, y su colega republicano Marco Rubio, un acérrimo crítico de Caracas que lidera el subcomité para el Hemisferio Occidental.
Otros siete pesos pesados del Senado respaldan la legislación que busca "proveer ayuda humanitaria a los venezolanos, apoyar una coordinada respuesta multilateral a los desafíos políticos y humanitarios, y defender una gobernabilidad democrática y combatir la arraigada corrupción en Venezuela".
El proyecto busca modificar una ley sobre Venezuela de 2014 ampliando el rango de sanciones a funcionarios que "socaven la gobernancia democrática" y estén ligados a casos de corrupción, como estaba previsto en un decreto ejecutivo de 2015, del entonces mandatario Barack Obama.
También ordena al Departamento de Estado y a las agencias de inteligencia un informe, con un "anexo clasificado", sobre el involucramiento de funcionarios venezolanos en el narcotráfico.
Los senadores autorizan además 10 millones de dólares al Departamento de Estado para enviar medicinas, alimentos a Venezuela a través de organizaciones civiles, y ofrecer asistencia técnica para mejorar la distribución de bienes básicos en ese país.
También expresan apoyo para avanzar en la "independencia energética del Caribe", una medida que buscaría cortar la dependencia de esa región del suministro de petróleo venezolano a condiciones financieras preferenciales.
La iniciativa en el Senado estadounidense ocurre luego de un mes de intensas protestas en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro, que dejan un saldo de 31 muertos.