Bolivia debería celebrar una segunda vuelta en sus disputadas elecciones presidenciales, según la Unión Europea.
Con el 99.65% de los votos del 20 de octubre contados, el presidente Evo Morales obtuvo el 47.03%, frente al 36.55% de su principal rival, Carlos Mesa. Si el conteo final muestra una ventaja superior a diez puntos porcentuales, Morales evitará una segunda vuelta en diciembre. Los últimos números hacen imposible que el margen sea inferior a 10% sin un recuento.
La Organización de Estados Americanos ya había identificado fallas en el proceso electoral y pidió una segunda vuelta en diciembre. La UE dijo que “comparte totalmente” esta opinión.
El presidente declaró su victoria la mañana del jueves, asegurando que los pocos votos pendientes eran de regiones rurales donde cuenta con un fuerte apoyo.
“Ya ganamos en la primera vuelta”, dijo Morales a los periodistas. “Aún no es oficial, oficial, pero ya ganamos”.
Morales es un aliado de Nicolás Maduro, aunque a diferencia de su homólogo venezolano, ha dirigido el crecimiento y la mejora del nivel de vida de su país.
El recuento preliminar de votos se suspendió el domingo por la noche y se reinició 24 horas después. El hecho causó sospechas generalizadas, protestas y acusaciones de fraude. Cuando aún se contaban los votos, el vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia renunció y los partidarios de la oposición prendieron fuego a las oficinas regionales de dicha autoridad.
Aunque no existe evidencia clara de fraude, la “confusa falta de transparencia” de la autoridad electoral implica que la oposición no aceptará la victoria de Morales como legítima, dijo Kathryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información, un grupo de expertos con sede en Bolivia.
Los disturbios en Bolivia se producen después de días de enfrentamientos en Chile, el país vecino, por la subida de los precios del metro, y de más de una semana de violencia en Ecuador a principios de mes, después de que el gobierno aumentara los precios del combustible.