Un hombre disparó contra feligreses judíos que asistían a una ceremonia de nombramiento de un bebé en una sinagoga en Pittsburgh el sábado, matando a por lo menos 11 personas e hiriendo a seis, entre ellas cuatro policías, informaron autoridades.
Fuentes policiales que pidieron no ser identificadas dijeron que por lo menos 11 personas fallecieron en el atentado.
El agresor fue detenido poco después. Fue identificado como Robert Bowers, de unos 40 años de edad, dijo una fuente policial que pidió permanecer en el anonimato.
Seis personas resultaron heridas, entre ellas cuatro policías, dijo Wendell Hissrich, director de seguridad pública de Pittsburgh.
"Es una escena de crimen horrible, una de las peores que he visto en mi vida”, dijo Hissrich.
El ataque ocurrió en medio de una ceremonia de nombramiento de un bebé, dijo el fiscal general de Pensilvania Josh Shapiro. No se sabía de inmediato si el bebé estaba entre las víctimas.
En horas de la tarde el presidente Donald Trump dijo a reporteros en el aeropuerto de Indianápolis que “murió mucha gente” y “mucha gente resultó herida de gravedad”.
El suceso ocurrió cerca de la Tree of Life Synagogue (Sinagoga Árbol de la Vida), en el vecindario de Squirrel Hill, dijo el comandante Jason Lando. El vecindario es uno de nutrida población judía.
Trump tuiteó que estaba monitoreando la situación.
“Es algo terrible lo que el odio está causando en nuestro país”, dijo Trump luego a reporteros. Añadió que el problema era que no había guardia armado en la sinagoga. “No tenían protección”, expresó el mandatario.
Dijo que el agresor “debe pagar la máxima pena” por sus hechos.
El gobernador de Pensilvania Tom Wolf calificó el hecho de “una tragedia absoluta”.
"Recemos y esperemos que no haya más pérdida de vidas”, dijo Wolf. "Pero hemos estado diciendo ‘basta’ demasiado tiempo. Las armas están poniendo en peligro a nuestros ciudadanos”.
La sinagoga es un edificio de concreto macizo con ventanales artísticos que representan temas bíblicos. Tiene capacidad para 1,250 personas.
Michael Eisenberg, ex presidente de esa congregación y quien vive a una cuadra de distancia, dijo que se preparaba para ir al recinto cuando vio la presencia policial.
"Salí corriendo de la casa y vi la calle bloqueada por patrullas policiales. Fue algo surrealista. Y alguien me gritó ‘¡Sálgase de allí!’ y me di cuenta que era un policía, justo enfrente de mi casa ... Estoy seguro de que conozco a todas las víctimas. Lo que queda es esperar”, declaró Eisenberg.
Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial, calificó el hecho de "un ataque no sólo contra la comunidad judía sino contra todo Estados Unidos”.
Finkelstein dijo que las sinagogas locales han organizado “entrenamientos sobre qué hacer si alguien dispara, y hemos tratado de reforzar las medidas de seguridad lo más posible”.
“Esto no debería ocurrir", dijo a reporteros en el lugar. “Esto no debería ocurrir en una sinagoga”.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu condenó los sucesos.
“Estoy asombrado, apesadumbrado por el ataque asesino contra una sinagoga de Pittsburgh ocurrido hoy”, dijo el premier en un video publicado en Twitter.
Añadió que todo Israel acompaña en su dolor a las familias de los fallecidos.
"Acompañamos a la comunidad judía de Pittsburgh, acompañamos al pueblo estadounidense ante esta horrenda brutalidad antisemita, y rezamos por la pronta recuperación de los heridos”, dijo Netanyahu.