La iglesia católica afronta estos días un nuevo y profundo debate sobre los jóvenes. Hasta el próximo 28 de octubre, representantes de la jerarquía eclesial de todos los rincones del planeta, entre ellos el cardenal José Luis Lacunza y el obispo Colón-Kuna Yala, Manuel Ochogavía Barahona, removerán las viejas compuertas de la moral católica para afrontar temas tan controvertidos como la homosexualidad, el sexo antes del matrimonio o los escándalos sexuales.
El papa Francisco es consciente de que los casos de abusos sexuales y los escándalos financieros han restado credibilidad a la institución que dirige, sobre todo, entre las nuevas generaciones. Por ello, lanzó un cuestionario que fue contestado por más de 100 mil jóvenes para conocer sus expectativas ante la vida y poder preparar la reunión episcopal.
De sus respuestas nació el documento de trabajo llamado Instrumentum Laboris que guía precisamente las reuniones de trabajo de estas semanas bajo la premisa del distanciamiento de los jóvenes en relación a la moral sexual propuesta por la iglesia católica.
El papa pidió a los 340 participantes, entre los que habrá 266 padres sinodales, 34 jóvenes entre 18 y 29 años, 23 expertos y 49 auditores externos, que discutieran sin tabúes ni prejuicios sobre los temas vinculados a la sexualidad. Y se dio un baño de realidad al constatar que los estudios sociológicos muestran que los jóvenes católicos “no siguen las indicaciones de la moral sexual de la Iglesia” porque no la consideran un “interlocutor significativo” para su existencia.
Sobre la mesa también hay otros temas como la contracepción, el aborto y la homosexualidad. El Vaticano puso de manifiesto que la Iglesia no puede ignorar la comunidad LGBT al evidenciar que la Secretaría del Sínodo recibió respuestas al cuestionario de jóvenes LGBT que esperan “una mayor cercanía” y un “mayor cuidado” por parte de las comunidades católicas.
El Sínodo de obispos busca, en definitiva, que el discurso eclesial vuelva a seducir a los jóvenes y revertir el envejecimiento de la milenaria institución eclesial. Todo ello con la vista puesta en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Panamá en enero del año próximo.