“¡Váyanse ya!”: las autoridades de Estados Unidos imploraron este miércoles 12 de septiembre abandonar las zonas de riesgo ante la llegada del huracán Florence, que amenaza con golpear la costa este del país en las próximas 48 horas con la potencia de un puñetazo de Mike Tyson.
“Quítense de en medio, no jueguen con él, es uno grande, tal vez el más grande que han visto, y con enormes cantidades de agua”, dijo el presidente Donald Trump, asegurando que el gobierno federal está preparado en vista de las fuertes lluvias, marejadas e inundaciones pronosticadas.
Unos 1.7 millones de personas están afectadas por las operaciones de evacuación, que se iniciaron este martes en los estados de Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia, los más amenazados.
La capital federal, Washington, D. C., y el estado de Maryland también han declarado el estado de emergencia, lo cual permite disponer de fondos adicionales.
“Lo manejaremos. Estamos listos, podemos, tenemos la mejor gente”, dijo Trump en un video en Twitter, rechazando en otro tuit las críticas por su respuesta al huracán María el año pasado, cuyo paso dejó casi 3 mil muertos.
Florence seguía el miércoles clasificada como un huracán de categoría 4, en la escala de cinco de Saffir-Simpson, con vientos de hasta 215 kilómetros por hora y fuertes ráfagas, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
En su boletín de las 12:00 GMT, el NHC dijo que el ojo del huracán avanzará este miércoles 12 de septiembre sobre el suroeste del océano Atlántico, entre las Bermudas y las Bahamas, para acercarse a las Carolinas el jueves y el viernes, y moverse lentamente cerca de la costa hasta el sábado.
“Aunque se espera que Florence comience a debilitarse el jueves por la tarde, se pronostica que será un huracán mayor extremadamente peligroso cuando se acerque a la costa de Estados Unidos el viernes”, dijo el NHC.